Empiezan a investigar misterios en Nueva Orleans tanto Daniel como David... ¡Cuidado!
Lestat de Lioncourt
Daniel se sentó frente al escritorio con todos los
documentos sobre la mesa. Era un caos. Había carpetas elaboradas hacía más de
cuarenta años mezcladas con algunas que tan sólo tenían a lo sumo diez años.
Los archivos habían sido informatizados, pero siempre se guardaba una copia en
papel. Olía a humedad, polvo, musgo y dondiego. La humedad estaba en el
ambiente, el polvo en los documentos y el aroma salvaje provenía del jardín. La
lluvia se precipitaba con fuerza lavando las sucias calles de la ciudad. Era un
aguacero.
—Lleva tres días lloviendo—comentó recostándose en la silla.
—Sí, desde el Mardi Gras—apunté.
—Vinimos aquí hace cinco días, pero hemos empezado
ahora—echó su cabeza hacia atrás y miró el techo. Un techo cargado de molduras
como le gustaba a Lestat.
Aquella vivienda había pertenecido a mi viejo amigo.
Actualmente seguía siendo propiedad suya, pero ya no residía en la ciudad.
Parecía rehuir de sus calles, de sus gentes, de los misterios que siempre se
encerraban en las viejas mansiones y recónditos huecos de los muelles, pantanos
y cualquier tugurio mal iluminado. Muchos jóvenes vampiros habían desfilado por
las calles llamándose Lestat, pero ninguno era él. Ahora la mayoría estaban
reducidos a cenizas y otros temblaban en algún lugar todavía, como no,
atemorizados por las enormes Quemas que se propagaron por todo el mundo.
—¿Por qué quieres volver a investigar a los Mayfair? Todos
los intentos de contactar con ellos han sido en vano—dijo girándose hacia mí.
Me encontraba apoyado en el alfeizar de la ventana. Decidí
abrirla para contemplar la calle, con su escasa vida, intentando averiguar
porqué Lestat no quería estar allí. Sopesé varios motivos y el principal era
Claudia y el secundario, porque siempre tenía que haber algo más, era esa
familia de brujos que habían logrado inquietarlo, atraerlo y asustarlo.
—Motivos personales—respondí.
—Aaron…—balbuceó.
—No, no. No es sólo él—contesté acercándome a la mesa tras
cerrar la ventana—. Desearía saber si es un fantasma, por supuesto, pero
también quiero saber si los Mayfair ahuyentaron a Lestat. Dice que las raíces
le hicieron regresar a Francia, pero creo que hay algo más que ese irrefrenable
deseo de volver a sus orígenes—no me conformaba. Quería ir al fondo de la verdad.
Además, desde hacía meses se escuchaban rumores. Por mucho que me intentasen
alejar me acercaba aún más. Sabía que esa familia tenía algo más que ocultaban
con suma facilidad.
—¿Y vamos a encontrarlo aquí?—preguntó.
—Son asuntos que han pasado en esta ciudad llena de almas,
más o menos oscuras, que podemos investigar porque fueron abandonados. Algunos
son de Aaron—expliqué.
Las próximas semanas serían terribles pero estaba
completamente comprometido. Él me ayudaría. No había nada más irresistible para
un periodista que tener nuevos asuntos que indagar. Quizá me equivocaba, pero
esperaba que tuviese la mitad de mi instinto hacia los misterios que rodeaban a
la ciudad de Nueva Orleans.
1 comentario:
¡Hola de nuevo! ¿Qué tal estás?
Como ya te comenté la otra vez, apenas enciendo el pc desde que comencé el curso, y a Facebook he entrado dos veces desde Navidad. No obstante, sigo una página de El Jardín Salvaje y creo que la tuya también... Pero no estoy segura. Lo miraré y te enviaré privado para comprobarlo. En todo caso, también tengo Skype, Whatsapp y hasta Messenger (sí, msn, activo y funcional, jajajajaja...). Voy a comprobar lo del Facebook.
Encantada de leerte, como siempre. Te envidio. Yo hace tiempo que no soy capaz de escribir nada salvo que alguien me instigue en algún rol...
Un abrazo y hasta ahora si tengo suerte.
"MeKaRe"
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