Parte del diario de Claudia. Creo que es la primera vez que habla de sus deseos...
Lestat de Lioncourt
Querido diario... ¿debo
decir que eres querido cuando jamás pedí que estuvieras entre mis
mortíferas y diminutas manos? Admito que te estoy tomando cierto
aprecio únicamente porque me sirves de estratagema para poder
desahogarme de forma adulta. Sé que suena extraño que únicamente
tú puedas escucharme y que el resto del mundo sólo contemple la
sombra de lo que fui. Admito que es una sombra tenebrosa de
encantadores ojos azules, rizos dorados y cara de porcelana que
detesto. Odio con todo mi corazón observarme en los espejos y ver lo
que soy. Desearía ser una mujer adulta, pero ambos sabemos ya que
eso es imposible. Los milagros no existen porque Dios no existe
aunque nosotros, los crueles demonios, poblamos la tierra de algún
modo.
Hoy vine a contarte mis
planes. Hace tiempo que llevo meditando como librarme de esta
angustia que me aflige. Creo que es necesario poner punto y final a
mi historia junto a mis padres. Ellos viven seguros de ser amados,
pero la verdad es que poco a poco su presencia se hace imposible.
Sobre todo la presencia de Lestat. Él es feliz y ajeno a todo lo que
ocurre. Parece que está inmerso en un sueño primaveral en mitad de
un invierno que a mí me destruye. Estoy cansada de contemplar su
figura por los pasillos de esta casa, de escuchar como toca el piano
y ríe a carcajadas por cualquier broma de pésimo gusto. También
detesto la simplona y sosegada figura de Louis. Ese idiota sólo
consume libros románticos suspirando porque su amante eche cuenta a
sus ojos de enamorado. ¡Cuán patético puede ser! Y aún así es
hermoso. Ambos son hermosos. Son dos monstruos demasiado perfectos y
hermosos, pero los detesto tanto que quiero destruirlos.
Sé que no será sencillo.
Jamás es sencillo. A decir verdad sé que será complicado y
peligroso. Me voy a arriesgar en unos meses a matarlos. Primero
destruiré a Lestat y cuando pueda, no sé cuándo o cómo, me
libraré de Louis. Louis es el más débil de los dos, pero Lestat
cree que vive un cuento de hadas. Y no se equivoca, no. Literalmente
vive un cuento de hadas muy particular porque no todas las historias
son dulces y ayudan a conciliar el sueño. Sin embargo yo haré que
él descanse por siempre en su preciado y lujoso ataúd forrado en
satén.
Estoy cansada. Sólo
quiero olvidarme del dolor. Quizá lo que voy a realizar acabe
conmigo pero moriré tomando la justicia por mi mano que es la única
forma, a mi parecer, para poder descansar por siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario