¡Dios! ¿Cómo logra contactar con mis abogados? Esto ya es... ¡Louis! ¡Sólo tienes que buscarme!
Mon coeur:
Ni sé cuáles son los motivos reales
por los cuales escribo estas líneas. Me ha costado algún tiempo
adaptarme a los nuevos tiempos, y más aceptar que es posible que mis
palabras lleguen primero a mis abogados que a ti. Por eso, y no por
otro motivo, estoy enviándola por este medio digital que parece
magia, el dichoso correo electrónico, y espero, o más bien deseo,
poder aclarar mi corazón.
Siempre te he amado. Para mí, si hay
un Dios eres tú. Tú eres el único pensamiento agradable que
termina haciéndome inmensamente feliz. Devoro siempre tus palabras.
Te busco en cada uno de esos dichosos cantantes rock que tanto te
fascinan. Incluso he adquirido la marca de fragancia masculina que
sueles usar, para poder tenerte presente. Pero no es igual. Me faltas
tú. Por mucho que discutamos siempre recurro a ti. No sé como no me
has empezado a odiar tras tantos años.
Te he ignorado tantas veces, no he
podido aceptar doblegar mi orgullo, he carecido de falta de tacto
cuando hemos discutido y tengo una obsesión injustificada con el
pasado. Sé que tú también has sido orgulloso y egoísta, pues lo
has asumido tantas veces que ya se ha convertido en un mantra. No he
sabido estar ahí, pero tú siempre has regresado a por mí. ¿Me lo
merezco? No. Estoy seguro que no me merezco siquiera las migajas de
tu amor. Aún así acepto tus palabras de amor como las indecentes,
tus caricias y tus besos que destruyen mi cordura.
He pensado en nosotros. Confieso que es
algo habitual que lo haga, pero no lo hacía de este modo desde hace
algunos siglos. Ella podía haber vivido hasta ahora y quizá se
hubiese beneficiado de la ciencia moderna. Pienso en nuestra hija
continuamente, pues Rose parece ser la joven que ella no logró ser.
Además, mon amour, es tan dulce como soñadora. Cuando logro
abrazarla, Lestat, siento que estoy abrazando a un pedazo de ti
aunque tú no eres su padre biológico.
Me gustaría volver a tener contigo una
familia, a ser parte de tu día a día. Ya estoy cansado de Nueva
York, de esta ciudad vertiginosa. Sé que a veces paso tiempo contigo
en Auvernia, pero viajas demasiado. Quizás esto es sólo una
petición formal para que me aceptes a tu lado, allí donde vayas,
aunque podamos perdernos por el camino.
Siempre tuyo,
Louis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario