Demonio engatusador,
muchacho hechizado.
¡Maldito tentador!
Me tienes acorralado.
Haz que suene el violín,
arroja las partituras a mis pies
y ríete de mi amor y de mí.
Convierte la pasión en hiel.
Las lágrimas que lloraste,
esas que llevaban mi nombre,
ahora son para ti un lastre
porque no fui oro, fui cobre.
¡Nicolas! ¡Nicolas!
¡El demonio está en ti!
¡Nicolas! ¡Nicolas!
¡Somos Hijos de la Noche!
¡Nicolas, toca tu violín!
No fui tan valioso y cegador,
no tenía esa luz que veías
más allá de la oscuridad de mi
interior.
¡La oscuridad siempre fue mía!
Interpreta la Danza Macabra,
recupera miedos de antaño.
Pon miedo en cada palabra
y conviértete en ermitaño.
Estas solo entre extraños,
sólo en el teatro que es tuyo.
Estás solo en la ciudad,
la cual es tu cárcel sin muros.
¡Nicolas! ¡Nicolas!
¡El demonio está en ti!
¡Nicolas! ¡Nicolas!
¡Somos Hijos de la Noche!
¡Nicolas, toca tu violín!
Lestat de Lioncourt
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