Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 30 de abril de 2010

Dark City - Capitulo 16 - Aroma de oscuridad XXVIII


-Sí, todos hemos sido afectados.-comentó finalmente Paulo.-Hay que conseguir que nos crean, que crean nuevamente en nosotros, y sobretodo desmarcarnos de ideas estúpidas y manipuladoras como las de ese partido.-suspiró.-Están todos metidos en la trama, todos.

-También hemos pensado en explicar qué ha sucedido, claro que para eso tenemos que tener más datos filtrados a la prensa y que la policía nos lo deje usar.-dijo mi pareja jugueteando con su pluma.

-No, no es la policía sino el juez. El juez, o jueces, que están con el caso entre sus manos deben decidir si se saca los informes a la luz.-yo tenía algo más de experiencia que Phoenix, la policía no tenía mucho que decir al respecto y sólo cumplían órdenes de los jueces.

-A quién sea.-respondió Phoenix.

-La idea no es mala, pero tendría que dialogarlo con el resto del partido.-comentó Paulo quedándose meditabundo.

-Deberíamos de reunirnos en la sede central del partido, todos.-dije mirándole a los ojos, clavándolos en él.-Menos los que nos han desgraciado, a esos nos los quiero volver a ver.

-En la reunión debería participar Phoenix.-dijo de forma sosegada.-Él debería presentar el guión del acto y todo lo que sucedería en él.

-Entradas gratuitas que se pedirán en Internet, en una plataforma habilitada para ello, acreditación para los demás medios aunque sin poder realizar preguntas durante el acto, sí después, y cobertura en la web.-comentó mi pareja de forma sosegada.-era su trabajo, sabía que eso le volvería a dar un impulso a su carrera.-Seré imparcial.

-Eso quiere decir que me golpearás duramente con mi pasado.-dije mirándolo de reojo y él sólo asintió.-Está bien.

-Si no os importa.-intervino Paulo.-Creo que el acto debería realizarse un viernes o sábado, puede durar horas y es en esos días cuando uno está más en casa. Aunque inclusive pienso que un domingo sería el día propicio.

-Sí, un domingo daría más audiencia y relax a las personas que seguirían el debate.-dije quedándome nuevamente en silencio.

Usualmente se tomaba los domingos como debates políticos televisados, también algunos sábados, y para días de votos. Se usaban los fines de semana porque mayoritariamente los trabajadores descansan los domingos, salvo los hosteleros y dedicados al sector servicios en general. Son días claves donde se posee más tiempo y ese tiempo se invierte en odio, usualmente televisión al ser un divertimento económico.

Para nosotros estaba bien perder un fin de semana. Era mejor que un día cualquiera. Sin embargo no podría ser el próximo, sino el siguiente. Antes tendría que reunirse el gabinete de crisis. Todos los partidos tendrían que estar dispuestos a colaborar, menos el anteriormente citado.

Seguimos debatiendo lo que debería ser y no. estuvimos tan sólo una hora más. Después simplemente conversamos hasta tarde. Hablábamos de todo. La política, cómo influía y como nos influía. A mí me arrastraba a los viejos tiempos, aquellos momentos donde sí creía en la justicia. Tenía veinte años cuando me planteé que algún día debía ser político para cambiarlo todo, para romper reglas, y cuando lo fui lo único que hice fue imponer nuevas más restrictivas.

Paulo, al marcharse, tuvo que afrontar de nuevo los focos. Parecía que aquello no tenía fin. Suspiré al ver a tantos jóvenes periodistas y recordé lo agotador que podía ser todo aquello, Phoenix siempre llegaba destrozado a mí y yo terminaba por hacerlo mártir en la cama. Me marché involuntariamente a la cocina y llamé a una bocatería, pedí varias docenas de bocadillos, refrescos, patatas fritas y botellas de agua mineral. Sabía que no se moverían de allí, que olvidaban incluso comer.

Media hora más tarde escuché revuelo en la calle. El camión con todo lo que había pedido llegó repartiéndolo como pedí. Phoenix comenzó a reír a carcajadas observándolo todo desde la cocina.

-Me parece increíble lo que has hecho.-comentó aferrándose a mí.-A veces pienso que los quieres envenenar.

-Hacen su trabajo, sus jefes son estúpidos y les impulsa a ser imbéciles.-sonreí de lado.-Seguro que piensan que con tener una buena noticia podrán tener hueco en un puesto mejor, tal vez subir lentamente y ser alguien en las noticias de las ocho.-suspiré y le rodeé con mis brazos.-Espero que no piensen que les compro.

-¿Por qué lo hiciste?-interrogó tomándome del rostro.

-Me recordaron a ti.-besé sus labios aferrándolo bien a mí.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt