Entonces alguien llamó a la puerta y luego se abrió de forma precipitada. Era Phoenix y con él los nervios se pusieron a flor de piel. Yo comencé a sentir las mariposas en el estómago, Paulo temblequeó unos instantes, pero luego fuimos serenos hacia la puerta. Ya nos esperaban, ya no podíamos dar marcha atrás.
Al subir a las tablas del teatro me sentí extraño. Allí nos esperaba el resto. Los hermanos Dawson y Pavel estaban allí sentados frente al público presente. Cientos de ojos espectantes se clavaban en nosotros. Aquello era superior a un concierto, aquello era el dictamen de toda una vida política.
-Bienvenidos.-dijo Phoenix sentado entre nosotros con el rostro sereno.-Debido a los sucesos que han ido acumulándose en nuestra ciudad, las difamaciones, las filtraciones policiales y la hecatombe política que vuelve a cernirse sobre nosotros hemos decidido realizar este debate abiertamente por el compromiso que tenemos con ustedes. Compromiso por parte de los políticos presentes y compromisos por los periodistas ya que debemos llevar la verdad a los lectores. Hoy en día redactar una noticia, una entrevista cualquiera, con total objetividad es imposible. Nadie es imparcial. Pero yo esta tarde intentaré serlo, mostraré ante todos las entrevistas que voy a realizarles, como las preguntas que ustedes podrán hacer a todos los presentes.-sonrió con cierto orgullo antes de presentar a los que conformaríamos aquella mesa de debate.-Ante ustedes, hacia mi derecha, están nuestro actual alcalde Paulo Wilde y el líder histórico Atsushi Sakurai. Además de ellos están los dos actuales líderes de los partidos centrista y de izquierdas Erik Dawson y Alejandro Pavel. Por supuesto está la mano derecha de Dawson en algunos asuntos de su partido, que es su propio hermano. Ellos están a mi izquierda. Pero aún falta un sexto miembro en esta mesa de debate, esa persona es uno de los máximos responsables de nuestra seguridad. Él está a la derecha de Atsushi Sakurai y es Roberto Hernández.
Después de esta presentación comenzamos a dialogar sobre el estado actual de la ciudad. Las propuestas de nuestros partidos y los acuerdos alcanzados. Yo seguía en mi partido, seguía presente en él, pero de forma honoraria debido a mi aportación económica hacia ellos y mi colaboración estrecha en ciertos temas.
Paulo comentó que se sentía terriblemente afectado al haber dado su confianza a personas que no se la merecían. Se sentía culpable de no haber hecho una mejor criba, junto a mí, de los encargados de asuntos tan fundamentales como es la seguridad y la economía en la ciudad. A pesar de ello opinaba que la población debería seguir firme, unida y seguir el rumbo de los acontecimientos con fortaleza. Pedía calma y que dejaran hacer a los jueces encargados del caso.
Pavel dijo sentirse molesto con personas que habían dado su palabra de ayudar a la ciudad, pero en realidad sólo quería ayudar a sus bolsillos. Su partido era uno de los más afectados con todo el revuelo. A pesar de no ser los que más habían ganado, eran los más perjudicados. Las personas implicadas aceptaron favores económicos y sociales por ciertas ayudas administrativas. Habló de cimientos podridos en las personas que vendían su honestidad, orgullo, palabra y nombre por una bolsa de dinero.
Dawson simplemente repudió la actitud de todos los acusados, sin importarle cual era el partido que representara. Además habló de vergüenza del partido que cayó por completo y era el de la ultra derecha. Me hizo referencia al decir que yo tuve suerte de dejar esas filas y comenzar en otras, habló de un cambio radical que se había formado gracias a todo el revuelo que yo, y los míos, habíamos creado.
Yo simplemente hablé de los últimos, dejamos el último lugar al agente. Tan sólo pedí perdón por haber dado mi confianza en personas que no nos representaban, ni a mí ni a nadie de esta ciudad. Hablé de lo difícil que es para muchos confiar, tener firmemente la confianza de que todos haríamos lo posible porque no ocurriera otra trama de corrupción en la ciudad. Pusimos nuestro esfuerzo, pero flaqueamos. Hice el símil del Ave Fenix, dije que éramos como él.
El agente dio los datos que estaban permitidos a la prensa, los explicó y expuso los cargos que tendrían cada uno de ellos. Dio las gracias por la amable invitación de Phoenix para que él, además de otros agentes, pudieran tomar voz en un coloquio como el que se celebraba. Pidió disculpas a la ciudadanía por no actuar antes, él y todo el equipo que estaba tras las detenciones, porque simplemente no pudieron hacerlo antes. Era un alto cargo en la policía nacional, no sólo en la ciudad, y se sentía terriblemente molesto por no haber podido encauzar con más pruebas a algunos detenidos.
Al subir a las tablas del teatro me sentí extraño. Allí nos esperaba el resto. Los hermanos Dawson y Pavel estaban allí sentados frente al público presente. Cientos de ojos espectantes se clavaban en nosotros. Aquello era superior a un concierto, aquello era el dictamen de toda una vida política.
-Bienvenidos.-dijo Phoenix sentado entre nosotros con el rostro sereno.-Debido a los sucesos que han ido acumulándose en nuestra ciudad, las difamaciones, las filtraciones policiales y la hecatombe política que vuelve a cernirse sobre nosotros hemos decidido realizar este debate abiertamente por el compromiso que tenemos con ustedes. Compromiso por parte de los políticos presentes y compromisos por los periodistas ya que debemos llevar la verdad a los lectores. Hoy en día redactar una noticia, una entrevista cualquiera, con total objetividad es imposible. Nadie es imparcial. Pero yo esta tarde intentaré serlo, mostraré ante todos las entrevistas que voy a realizarles, como las preguntas que ustedes podrán hacer a todos los presentes.-sonrió con cierto orgullo antes de presentar a los que conformaríamos aquella mesa de debate.-Ante ustedes, hacia mi derecha, están nuestro actual alcalde Paulo Wilde y el líder histórico Atsushi Sakurai. Además de ellos están los dos actuales líderes de los partidos centrista y de izquierdas Erik Dawson y Alejandro Pavel. Por supuesto está la mano derecha de Dawson en algunos asuntos de su partido, que es su propio hermano. Ellos están a mi izquierda. Pero aún falta un sexto miembro en esta mesa de debate, esa persona es uno de los máximos responsables de nuestra seguridad. Él está a la derecha de Atsushi Sakurai y es Roberto Hernández.
Después de esta presentación comenzamos a dialogar sobre el estado actual de la ciudad. Las propuestas de nuestros partidos y los acuerdos alcanzados. Yo seguía en mi partido, seguía presente en él, pero de forma honoraria debido a mi aportación económica hacia ellos y mi colaboración estrecha en ciertos temas.
Paulo comentó que se sentía terriblemente afectado al haber dado su confianza a personas que no se la merecían. Se sentía culpable de no haber hecho una mejor criba, junto a mí, de los encargados de asuntos tan fundamentales como es la seguridad y la economía en la ciudad. A pesar de ello opinaba que la población debería seguir firme, unida y seguir el rumbo de los acontecimientos con fortaleza. Pedía calma y que dejaran hacer a los jueces encargados del caso.
Pavel dijo sentirse molesto con personas que habían dado su palabra de ayudar a la ciudad, pero en realidad sólo quería ayudar a sus bolsillos. Su partido era uno de los más afectados con todo el revuelo. A pesar de no ser los que más habían ganado, eran los más perjudicados. Las personas implicadas aceptaron favores económicos y sociales por ciertas ayudas administrativas. Habló de cimientos podridos en las personas que vendían su honestidad, orgullo, palabra y nombre por una bolsa de dinero.
Dawson simplemente repudió la actitud de todos los acusados, sin importarle cual era el partido que representara. Además habló de vergüenza del partido que cayó por completo y era el de la ultra derecha. Me hizo referencia al decir que yo tuve suerte de dejar esas filas y comenzar en otras, habló de un cambio radical que se había formado gracias a todo el revuelo que yo, y los míos, habíamos creado.
Yo simplemente hablé de los últimos, dejamos el último lugar al agente. Tan sólo pedí perdón por haber dado mi confianza en personas que no nos representaban, ni a mí ni a nadie de esta ciudad. Hablé de lo difícil que es para muchos confiar, tener firmemente la confianza de que todos haríamos lo posible porque no ocurriera otra trama de corrupción en la ciudad. Pusimos nuestro esfuerzo, pero flaqueamos. Hice el símil del Ave Fenix, dije que éramos como él.
El agente dio los datos que estaban permitidos a la prensa, los explicó y expuso los cargos que tendrían cada uno de ellos. Dio las gracias por la amable invitación de Phoenix para que él, además de otros agentes, pudieran tomar voz en un coloquio como el que se celebraba. Pidió disculpas a la ciudadanía por no actuar antes, él y todo el equipo que estaba tras las detenciones, porque simplemente no pudieron hacerlo antes. Era un alto cargo en la policía nacional, no sólo en la ciudad, y se sentía terriblemente molesto por no haber podido encauzar con más pruebas a algunos detenidos.
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