Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 17 de mayo de 2010

Dark City - Capítulo 17 - Ironías del destino IX


Sus pasos llenos de elegancia se desplazaban por el pasillo alejándose de nosotros. No perdía la compostura aunque sintiera deseos de vociferar. Sabía que se había molestado y alterado con esa simple frase, pude notarlo en sus ojos que de un azul apacigüe se transformó en un mar revuelto.

Nosotros nos marchamos. No hacíamos nada allí parados. Él buscó a sus compañeros para despedirse y ultimar detalles de la web en los días siguientes. Yo me marché hacia el vehículo, estaba todo acordonado y con fuertes medidas de seguridad. Sabían a qué nos exponíamos, mucho más que yo o cualquiera de nosotros.

Noté como había jóvenes gritando libertad, igualdad, seguridad y todo aquello estaba reflejado en sus pancartas y en sus miradas agresivas. Sin embargo, no tuve abucheos sino aplausos. Parecían reconocer mi buena gestión y la de Paulo Wilde, mi sucesor y discípulo. Phoenix al salir del edificio obtuvo también aplausos. Creo que ellos estaban allí para que las cámaras los enfocaran y vieran la indignación que sentía, la misma que yo o que cualquier otro.

En ocasiones suelo escuchar, aún hoy y creo que siempre lo haré, que los políticos no lamentamos crisis o corrupción en nuestros partidos. Nosotros no cerramos filas, no aplaudimos a corruptos. Que un partido democrático de su apoyo a una persona señalada por la justicia me parece patético, poco patriótico, poco moral y sobretodo absurdo. El partido de ultraderecha siguieron ese cauce, todos decían ser una piña, y a mí me parecía mala imagen política inclusive sin estar en sus listas.

Conduje con cuidado, puesto que durante casi dos cientos, o trescientos, metros a lo largo de la entrada había cientos de personas clamando sus lemas. Phoenix sonreía, parecía satisfecho. Quería una revolución, aunque eso nos pusiera en el foco de los medios. Quería que el pueblo reclamara lo suyo o como se suele conocer “Al César lo que es del César”.

Ya en casa tomamos un baño con el pequeño. Seth no se marchó nada más ver el coche aparcándose en el garaje. Él había quedado, y yo la verdad lo vi como un alivio. Jun parecía feliz, creo que le trasmitía el sentimiento de relax de Phoenix aunque había tenido su momento exaltado. Él siempre intentaba rodear el tema que le preocupaba, porque si no lo hacía terminaba engulléndolo. Sin embargo, nada más acostar a Jun en su hora de siesta vino a verme a mi despacho.

-Soy feliz por todo lo de hoy, pero hay algo que me hace sentir mal.-murmuró.-No quiero que hagan daño a Jasmine.

-Kamijo no sería capaz de eso.-entrecerré los ojos y suspiré.-Si te cuento esto es nada más porque necesito que entiendas hasta que punto Kamijo le ama.

-¿Qué tienes que contarme? ¿Que una golfa se puso frente a él y la apartó?-preguntó alzando una de sus finas cejas.

-Mató al antiguo esposo de Jasmine, lo hizo con sus propias manos, porque no podía soportar pensar que pudiera volver y dañarlo.-Phoenix abrió los ojos quedándose espantado.-Su antigua pareja le golpeaba.

-Lo sé.-balbuceó.-Sólo es que no puedo creer aún que...

Me levanté de mi asiento y lo tomé entre mis brazos, pegándolo bien a mí. Era normal que no pudiera creer aún que Kamijo era otra persona bien distinta, pero ese acto a mí me parecía heroico y noble. No era algo cruel o despreciable.

Poco después nos sentamos en el salón, engullíamos emparedados de atún que él había hecho. Veíamos la repercusión en la ciudad, en el país e incluso en el extranjero fuera del continente a nivel global. Era increíble como algunos tomaban la noticia, todo, como algo positivo y como otros emitían mensajes apocalípticos. En general todo era satisfactorio, incluso las buenas críticas hacia Phoenix y cómo llevó el debate hasta el final.

La noche fue relajada. Tenía mi conciencia tranquila, pero otros no podían decir lo mismo. Phoenix se abrazó a mí hecho un ovillo y yo simplemente acariciaba su espalda intentando que el sueño viniera. Mi gato merodeaba por la habitación, pero poco o nada se hacía sentir más allá de su cascabel. Jun dormía plácidamente en su cuna después que lo acunara horas tras la cena.

Al despertar Phoenix estaba ya enganchado al portátil, lo hacía todo desde la cama y Jun estaba acostado entre nosotros hecho una pequeña pelota. Cheshire estaba en mis pies en la misma posición. Los tres estaban obviándome por completo.

-¿Qué hora es?-murmuré estirándome antes de tomar al pequeño entre mis brazos, con mucho cuidado que no se despertara.-He dicho ¿qué hora es?

-Casi las doce.-dijo Phoenix pegado a la pantalla.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt