B-T sacará en breve otro single... ya quiero tenerlo.Que por cierto xD algunos piensan que me baso en Atsushi Sakurai al 100%... perdón pero no, como mucho en las ediciones y en el nombre... hay alguien más detrás de ese nombre y su historia. Algo que no voy a desvelar porque no me da la gana.
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Sonrojado como en ese momento me gustaba aún más. Sus cabellos los desaté, porque los tenía amarrados en una goma de esas para el pelo. Amaba verlo con el cabello totalmente revuelto, además porque me permitía tirar leve de él mientras lo hacíamos. Lo desnudé allí mismo y se lo hice despacio, disfrutando de ese momento y sobretodo cuidándome de no caer en otro infarto.
Las oleadas de placer se volvían eléctricas desde las yemas de mis dedos hasta el vórtice de mi pelvis. Era demasiado placentero notar como temblequeaba y luchaba por respirar, ya que la excitación le ahogaba. Sonreí besando su cuello y su rostro sin dejar de golpear en el lugar correcto. Era la danza más primitiva que podía existir y nosotros nos movíamos más que compenetrados.
-Atsushi.-susurró enterrando sus uñas en mi espalda, eso hizo que gruñera bajo ya que sudaba más de la cuenta y sentía que echaban sal en mis heridas.
-Calla.-murmuré arremetiendo contra él.-Deja sólo que te domine.
Mi teléfono móvil no dejaba de sonar, estiré mis manos hasta mi pantalón para recibir la llamada. Los gemidos de Phoenix no disminuían, porque yo no dejaba de entrar y salir de él.
-¿Atsushi?-era Paulo.
-Lo siento cuatrojos pero estoy ocupado.-colgué y tiré al sofá el aparato.
Phoenix estaba aún más sonrojado, indudablemente esa llamada le había hecho sentirse vulnerable. No tardamos mucho en acabar después de esa interrupción. Me levanté del suelo y tomé el teléfono devolviendo la llamada a mi sustituto. Él tan sólo quedó extenuado en el suelo acariciando mi pecho mientras esperaba que Paulo cogiera el teléfono.
-No quiero saber qué demonios era lo que hacíais.-fue lo primero que escuché de sus labios y yo simplemente me carcajeé.-¿Te crees que es normal?
-Por favor, eres escritor erótico y seguro que tu mente está muy sucia.-dije antes de aceptar los besos de Phoenix.-¿Qué demonios querías?
-Kamijo me pidió que te comunicara que debes reunirte con tu grupo ya, mañana mismo sin falta, para poner todo el proyecto sobre la mesa y terminar de perfilarlo. Supongo que tendréis inclusive que ensayar y modificar algunas canciones. No sé como trabajáis, ni me importa, sólo espero que el proyecto salga a flote y sé que si ponéis empeño estos dos meses de retraso no serán nada.-comentó.-Es dentro de dos meses el estreno.-dijo en un suspiro.-Son cuatro canciones ¿podréis?
-Está todo muy adelantado, no te preocupes.-contesté.-Y en inglés, no en japonés.-añadí aferrándome a Phoenix.-¿Algo más?
-No.-respondió rápidamente.
-¿No quieres que te cuente que lo hacíamos en el suelo?-interrogué para dejarlo en completo silencio mientras que Phoenix me golpeaba.-Oye, te dejo que alguien se puso violento.-colgué y rodeé mejor a mi pareja, aunque él estaba molesto por lo que había dicho.
-¡No debiste!-exclamó y luego ocultó su rostro contra mi pecho.-No debiste.-murmuró aferrado a mí.
Lo besé para que se callara y dejara de estar reprochándome todo aquello, aunque sabía que realmente le había gustado que me comportara de esa forma. Me levanté del suelo y lo tomé en brazos para llevarlo hasta el baño. Allí estuvimos como una media hora en silencio, tan sólo dejando que el baño nos relajara.
Tras el baño lo dejé acostado en la cama. Jun se quedó dormido por culpa del sofocante calor. Yo me dediqué a llamar a todos, para coordinarnos. Finalmente decidimos quedar en el bar cerca del edificio de grabación y para tomar una a mi salud, luego ya se vería si metíamos mano a los temas ese mismo día o al día siguiente. Aunque temblé cuando Imai habló de alcohol, puesto que para él una copa son dos o tres botellas. No era un alcohólico enfermizo ya que podía pasar sin alcohol varios días, pero cuando bebía arrasaba los bares.
El resto del día lo dediqué a estar con Jun. Él no se despegaba demasiado de mí. Phoenix siempre dijo que terminaría siendo una replica mía aún más perfecta que Hizaki. Yo simplemente rogaba paciencia para cuando fuera un adolescente, puesto que si salía tan parecido a mí tendríamos problemas ambos. Pero en esos momentos no parecía un pandillero sin corazón, sino dulce y frágil. Intentó durante todo el día llamar mi atención, cuando no le hacía caso terminaba molestando al gato y este parecía perder la paciencia por momentos.
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