Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 3 de julio de 2010

Dark City - Capitulo 17 - Ironías del destino XLVIII

Jamás pensé tener que repetirlo una vez más... ESTA NOVELA ES MÍA, ESTÁ BAJO PROPIEDAD INTELECTUAL... joder ya con las preguntas molestas.

---


Me enfoqué en mi proyecto, más que en mi familia y los problemas con el hermano de mi pareja. En realidad, no era sólo mi proyecto sino el de todos pero me lo tomaba de forma personal. Quería mejorar por encima de todos, ya que era hora de demostrar que realmente estaba en plenas facultades.

Imai aparecía todos los días con ojeras, siempre buscando una esquina para tocar la guitarra en silencio. Así permanecía hasta comenzar la grabación y los ensayos. Hide salía a fumar cada hora, un cigarrillo y un refresco, para luego regresar sentándose al lado de nuestro amigo. Los hermanos sin embargo siempre estaban conversando, escribiendo anotaciones o simplemente contando varias anécdotas de las cuales casi ni recordaba. Yo simplemente ensayaba, ensayaba y cuando tenía un rato libre seguía los ensayos.

Hizaki venía a vernos para ver cómo nos marchaba todo. Él también se estaba esforzando por dar lo mejor, pero él deseaba hacerlo simplemente para destacar frente a Olivier y a mi ex.

Paulo apareció un día antes del ensayo en el Teatro, ese ensayo sería sólo a tres días de la función. Había estado en Londres regresando con la mujer que amaba y la cual se dedicaría a recrear las escenas. Kamijo iba de un lado a otro acompañado de un joven que iba anotando todo lo que decía, inclusive frente a nosotros. Era un muchacho algo escuálido, andrógino y con una capacidad increíble para soportar el ritmo que mi buen amigo le hacía seguir. Tanto Paulo como Kamijo estaban concentrados en dar lo mejor de sí mismos, como todos, y yo tenía fe que iba a ser todo un éxito.

El día del estreno lo pasé al borde de un ataque de histeria. Phoenix parecía completamente relajado, como si nada pudiera salir mal. Hero se dedicó a jugar tras la tramoya con uno de los actores más jóvenes, jugaban a las cartas y a las damas, mientras su compañero no dejaba de ensayar sus frases más reseñables.

Cuando se alzó el telón y la obra comenzó pude ver entre los palcos destinados a las personalidades más destacadas de la ciudad, junto a él estaba su rubia acompañante con una sonrisa de satisfacción increíble. La sala del teatro estaba repleta. Clarissa se encontraba en otro de los palcos junto a su joven amante, pareja o como deseara llamarse a la relación que ambos tenían. Hero estaba junto a ellos sin hacer demasiado caso a todo lo que le rodeaba, más bien concentrado en su bloc esbozando bocetos. Olivier estaba en un palco contiguo, parecía nervioso pero eso no restaba ni un ápice a su elegancia. Mi hijo había conseguido una pareja que me recordaba a su madre, pero con un toque distinto. Junto a él estaba Max mirando hacia el escenario, parecía buscarme con la mirada para clavar sus ojos como si fueran dos dagas.

El resto de congregados eran personas dedicadas al arte, las letras, personalidades políticas y empresarios. Los estrenos estaban para ser un evento más allá de una cita más, sino una cita bien remarcada en el calendario.

Kamijo estaba a mis espaldas suspirando pesado, creo que se relajaba al ver que todo marchaba como él deseaba. Su acompañante aquellos días sonreía satisfecho tarareando bajo la melodía de la escena. Mi amigo me tomó del hombro y sonrió.

-He sido poco considerado.-susurró.-No os presenté adecuadamente.-dijo con una sonrisa.-Todo ha sido demasiado precipitado, demasiado caos, como para recordar mis modales. Él es Teru, un viejo y gran amigo, el cual se ocupará de parte de mi trabajo.

-Es un placer, un placer conocerlo.-dijo tomando mi mano, la estrechó agitándola de forma nerviosa con una sonrisa aniñada.-Kamijo y yo somos como hermanos prácticamente.

-Él es Atsushi, como bien sabrás.-comentó antes de dirigir su mirada al escenario.-Atsushi deberías ir con tu grupo, ya casi os toca.-murmuró con un tono serio, denotaba preocupación porque todo saliera mal o tuviera algún fallo.

-Relaja, relaja. Ya sabes que dice siempre Yoshiki, no te tomes las cosas tan a pecho. No es bueno que termines desquiciado por el trabajo.-le golpeó leve la espalda y rió.-¿Verdad Atsushi que debería estar calmado? Yo confío en su profesionalidad y no le conozco.

-Gracias.-respondí.-¿Teru?

-Sí, así es.-dijo ampliando su sonrisa.-Suena como Perú, el país, ¿a que sí?

Kamijo rió bajo instintivamente sin quitar ojo de la escena, aplaudiendo leve al ver como Hizaki hacía su aparición en el sonido del gran salón. El escenario parecía cálido con aquella canción, era demasiado bueno ese tema y se notaba que había madurado tanto vocalmente como su estilo.

-Atsushi es la hora.-dijo Imai tirando de mí y yo simplemente le seguí.-Es la hora de demostrar que estamos aquí, que podemos conseguirlo sin mirar atrás.

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt