---
Me enfoqué en mi proyecto, más que en mi familia y los problemas con el hermano de mi pareja. En realidad, no era sólo mi proyecto sino el de todos pero me lo tomaba de forma personal. Quería mejorar por encima de todos, ya que era hora de demostrar que realmente estaba en plenas facultades.
Imai aparecía todos los días con ojeras, siempre buscando una esquina para tocar la guitarra en silencio. Así permanecía hasta comenzar la grabación y los ensayos. Hide salía a fumar cada hora, un cigarrillo y un refresco, para luego regresar sentándose al lado de nuestro amigo. Los hermanos sin embargo siempre estaban conversando, escribiendo anotaciones o simplemente contando varias anécdotas de las cuales casi ni recordaba. Yo simplemente ensayaba, ensayaba y cuando tenía un rato libre seguía los ensayos.
Hizaki venía a vernos para ver cómo nos marchaba todo. Él también se estaba esforzando por dar lo mejor, pero él deseaba hacerlo simplemente para destacar frente a Olivier y a mi ex.
Paulo apareció un día antes del ensayo en el Teatro, ese ensayo sería sólo a tres días de la función. Había estado en Londres regresando con la mujer que amaba y la cual se dedicaría a recrear las escenas. Kamijo iba de un lado a otro acompañado de un joven que iba anotando todo lo que decía, inclusive frente a nosotros. Era un muchacho algo escuálido, andrógino y con una capacidad increíble para soportar el ritmo que mi buen amigo le hacía seguir. Tanto Paulo como Kamijo estaban concentrados en dar lo mejor de sí mismos, como todos, y yo tenía fe que iba a ser todo un éxito.
El día del estreno lo pasé al borde de un ataque de histeria. Phoenix parecía completamente relajado, como si nada pudiera salir mal. Hero se dedicó a jugar tras la tramoya con uno de los actores más jóvenes, jugaban a las cartas y a las damas, mientras su compañero no dejaba de ensayar sus frases más reseñables.
Cuando se alzó el telón y la obra comenzó pude ver entre los palcos destinados a las personalidades más destacadas de la ciudad, junto a él estaba su rubia acompañante con una sonrisa de satisfacción increíble. La sala del teatro estaba repleta. Clarissa se encontraba en otro de los palcos junto a su joven amante, pareja o como deseara llamarse a la relación que ambos tenían. Hero estaba junto a ellos sin hacer demasiado caso a todo lo que le rodeaba, más bien concentrado en su bloc esbozando bocetos. Olivier estaba en un palco contiguo, parecía nervioso pero eso no restaba ni un ápice a su elegancia. Mi hijo había conseguido una pareja que me recordaba a su madre, pero con un toque distinto. Junto a él estaba Max mirando hacia el escenario, parecía buscarme con la mirada para clavar sus ojos como si fueran dos dagas.
El resto de congregados eran personas dedicadas al arte, las letras, personalidades políticas y empresarios. Los estrenos estaban para ser un evento más allá de una cita más, sino una cita bien remarcada en el calendario.
Kamijo estaba a mis espaldas suspirando pesado, creo que se relajaba al ver que todo marchaba como él deseaba. Su acompañante aquellos días sonreía satisfecho tarareando bajo la melodía de la escena. Mi amigo me tomó del hombro y sonrió.
-He sido poco considerado.-susurró.-No os presenté adecuadamente.-dijo con una sonrisa.-Todo ha sido demasiado precipitado, demasiado caos, como para recordar mis modales. Él es Teru, un viejo y gran amigo, el cual se ocupará de parte de mi trabajo.
-Es un placer, un placer conocerlo.-dijo tomando mi mano, la estrechó agitándola de forma nerviosa con una sonrisa aniñada.-Kamijo y yo somos como hermanos prácticamente.
-Él es Atsushi, como bien sabrás.-comentó antes de dirigir su mirada al escenario.-Atsushi deberías ir con tu grupo, ya casi os toca.-murmuró con un tono serio, denotaba preocupación porque todo saliera mal o tuviera algún fallo.
-Relaja, relaja. Ya sabes que dice siempre Yoshiki, no te tomes las cosas tan a pecho. No es bueno que termines desquiciado por el trabajo.-le golpeó leve la espalda y rió.-¿Verdad Atsushi que debería estar calmado? Yo confío en su profesionalidad y no le conozco.
-Gracias.-respondí.-¿Teru?
-Sí, así es.-dijo ampliando su sonrisa.-Suena como Perú, el país, ¿a que sí?
Kamijo rió bajo instintivamente sin quitar ojo de la escena, aplaudiendo leve al ver como Hizaki hacía su aparición en el sonido del gran salón. El escenario parecía cálido con aquella canción, era demasiado bueno ese tema y se notaba que había madurado tanto vocalmente como su estilo.
-Atsushi es la hora.-dijo Imai tirando de mí y yo simplemente le seguí.-Es la hora de demostrar que estamos aquí, que podemos conseguirlo sin mirar atrás.
Imai aparecía todos los días con ojeras, siempre buscando una esquina para tocar la guitarra en silencio. Así permanecía hasta comenzar la grabación y los ensayos. Hide salía a fumar cada hora, un cigarrillo y un refresco, para luego regresar sentándose al lado de nuestro amigo. Los hermanos sin embargo siempre estaban conversando, escribiendo anotaciones o simplemente contando varias anécdotas de las cuales casi ni recordaba. Yo simplemente ensayaba, ensayaba y cuando tenía un rato libre seguía los ensayos.
Hizaki venía a vernos para ver cómo nos marchaba todo. Él también se estaba esforzando por dar lo mejor, pero él deseaba hacerlo simplemente para destacar frente a Olivier y a mi ex.
Paulo apareció un día antes del ensayo en el Teatro, ese ensayo sería sólo a tres días de la función. Había estado en Londres regresando con la mujer que amaba y la cual se dedicaría a recrear las escenas. Kamijo iba de un lado a otro acompañado de un joven que iba anotando todo lo que decía, inclusive frente a nosotros. Era un muchacho algo escuálido, andrógino y con una capacidad increíble para soportar el ritmo que mi buen amigo le hacía seguir. Tanto Paulo como Kamijo estaban concentrados en dar lo mejor de sí mismos, como todos, y yo tenía fe que iba a ser todo un éxito.
El día del estreno lo pasé al borde de un ataque de histeria. Phoenix parecía completamente relajado, como si nada pudiera salir mal. Hero se dedicó a jugar tras la tramoya con uno de los actores más jóvenes, jugaban a las cartas y a las damas, mientras su compañero no dejaba de ensayar sus frases más reseñables.
Cuando se alzó el telón y la obra comenzó pude ver entre los palcos destinados a las personalidades más destacadas de la ciudad, junto a él estaba su rubia acompañante con una sonrisa de satisfacción increíble. La sala del teatro estaba repleta. Clarissa se encontraba en otro de los palcos junto a su joven amante, pareja o como deseara llamarse a la relación que ambos tenían. Hero estaba junto a ellos sin hacer demasiado caso a todo lo que le rodeaba, más bien concentrado en su bloc esbozando bocetos. Olivier estaba en un palco contiguo, parecía nervioso pero eso no restaba ni un ápice a su elegancia. Mi hijo había conseguido una pareja que me recordaba a su madre, pero con un toque distinto. Junto a él estaba Max mirando hacia el escenario, parecía buscarme con la mirada para clavar sus ojos como si fueran dos dagas.
El resto de congregados eran personas dedicadas al arte, las letras, personalidades políticas y empresarios. Los estrenos estaban para ser un evento más allá de una cita más, sino una cita bien remarcada en el calendario.
Kamijo estaba a mis espaldas suspirando pesado, creo que se relajaba al ver que todo marchaba como él deseaba. Su acompañante aquellos días sonreía satisfecho tarareando bajo la melodía de la escena. Mi amigo me tomó del hombro y sonrió.
-He sido poco considerado.-susurró.-No os presenté adecuadamente.-dijo con una sonrisa.-Todo ha sido demasiado precipitado, demasiado caos, como para recordar mis modales. Él es Teru, un viejo y gran amigo, el cual se ocupará de parte de mi trabajo.
-Es un placer, un placer conocerlo.-dijo tomando mi mano, la estrechó agitándola de forma nerviosa con una sonrisa aniñada.-Kamijo y yo somos como hermanos prácticamente.
-Él es Atsushi, como bien sabrás.-comentó antes de dirigir su mirada al escenario.-Atsushi deberías ir con tu grupo, ya casi os toca.-murmuró con un tono serio, denotaba preocupación porque todo saliera mal o tuviera algún fallo.
-Relaja, relaja. Ya sabes que dice siempre Yoshiki, no te tomes las cosas tan a pecho. No es bueno que termines desquiciado por el trabajo.-le golpeó leve la espalda y rió.-¿Verdad Atsushi que debería estar calmado? Yo confío en su profesionalidad y no le conozco.
-Gracias.-respondí.-¿Teru?
-Sí, así es.-dijo ampliando su sonrisa.-Suena como Perú, el país, ¿a que sí?
Kamijo rió bajo instintivamente sin quitar ojo de la escena, aplaudiendo leve al ver como Hizaki hacía su aparición en el sonido del gran salón. El escenario parecía cálido con aquella canción, era demasiado bueno ese tema y se notaba que había madurado tanto vocalmente como su estilo.
-Atsushi es la hora.-dijo Imai tirando de mí y yo simplemente le seguí.-Es la hora de demostrar que estamos aquí, que podemos conseguirlo sin mirar atrás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario