Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 31 de julio de 2010

Dark City - Capitulo 18 - Camino vital VII


-No me caes bien del todo, pero al menos reconociste sus errores como político.-dijo antes de rascarse la cabeza, tal vez era su forma de buscar las palabras mágicas.-Pero no pareces mal tipo con tus hijos, eso le hace bueno. Verás no te estoy haciendo la pelota, pero mi padre fue una mierda y bueno Miho no sabe la suerte que ha tenido con sus viejos. Tiene a Yutaka y a ti para cuidarla, además de Megumi que se ve bien buena.-tomó aire y lo dejó ir para deslizar sus ojos por la mesa.-No sé como decir esto.-declaró con sinceridad observándome de nuevo.-Miho se dará cuenta que todos la cagamos. Ella también la caga, yo la cago. No es algo que sólo está en ti, está implícito en toda esta pocilga que llamamos planeta Tierra, mundo o cagarruta univeral.-tomó una servilleta.-Quiero que me diga lo que puede conseguir de ella, sé que la investigará y no sé que mierdas más, y a mí Josep no me dirá nada. Tampoco le va a decir nada a Eduart. Sé como es con sus crías y por protegerlo hará lo imposible. Así que por favor.-empezó a anotar su número y dirección.

-No voy a investigarla.-dije con seriedad.-Se agradecen tus palabras hacia mi persona.-comenté observándolo.-Sé que tú mataste a tu padre y a tu madre, son cargos que cayeron sobre ti pero terminaron quitándote como sospechoso. No voy a decírselo a nadie.-su rostro era de asombro, como si le hubiera caído un jarro de agua fría.-Fue por supervivencia. Yo hubiera hecho lo mismo con mi padre, pero me faltó valor. No digo que esté bien, la vida humana es algo que no se puede restaurar, pero sé lo que sentiste y sé que te liberaste. Nada más.

-¿Qué quieres a cambio?-quería comprar mi silencio y yo simplemente me eché a reír, eso fue divertido.

-Lo sé desde que te investigué.-revolví su melena.-Al igual que sé que te gusta el cacao, por tus palabras y porque has hecho que termine tragándote... tómate un cacao frío a mi salud.-me levanté.-No se lo diré a nadie.

Se quedó ahí asombrado que conociera tan bien su historia, creo que sólo reaccionó cuando vio que me iba hacia el estudio. Se levantó y me tomó del brazo. Su mirada lo decía todo, era una mirada de esas que clamaban el deseo de desahogarse con un igual.

-¿Tienes diez minutos?-preguntó con la voz quebrada.-Son diez minutos, lo juro.

-Tengo esos y muchos más, mientras no termine Hidehiko no tengo que grabar.-él soltó mi brazo y yo simplemente le hice un gesto para que me acompañara.

Fuimos a los jardines traseros del estudio, a esa hora no había nadie por el calor y porque todos almorzaban o tomaban aperitivos dentro, o en sus casas, así que podríamos hablar de todo lo que él quisiera. Él se apoyó en un árbol y yo me senté en un banco frente a él, esperando que dijera todo lo que se callaba.

-Mi padre me pegaba hasta hacerme caer al suelo desangrándome, sólo me curaba lo suficiente para que no muriera, después me violaba.-dijo antes de apretar con fuerza los puños.-Mi madre lo sabía todo y no hacía nada, sólo se sentía rabiosa que me visitara más a mí que a ella.

-El mío me golpeaba por diversión gritando que era el peor hijo del mundo, a mi madre la molía a palos porque ella se interponía y mi hermano pequeño era sólo un bebé. Con el paso de los años se volvió peor y yo tuve que obedecerlo para estar lejos de casa, tenía miedo que matara a mi hermano como me amenazó si no lo hacía o a mi pareja. Debí quedarme, mi madre vivió un infierno que no soportó por su delicado estado de salud.-le miraba a los ojos mientras contaba eso.-Te juro que si hubiera sabido que Miho estaba creciendo en el vientre de Megumi me hubiera quedado, aunque sólo fuera para hacerme cargo de la niña.-fruncí el ceño y bajé la mirada para dejar mis manos sobre mi rostro. Froté mis manos contra mi cara y después volví a mirarlo.-Por eso te dije que somos parecidos, yo también me dediqué a soltar mi violencia fuera de casa y a la música.

-¿Por eso ha dicho lo de antes?-preguntó intentando opacar sus sentimientos.

-Por eso siempre he sabido que tú te hiciste libre lejos de ellos. Tan sólo te pido una cosa y es que no eches pozoña a Miho. Sé que piensas que soy un gilipollas por todo lo que le hice a Yutaka, pero no apruebas lo que ha hecho. No lo apruebas porque te gustaría tener una familia y te molesta que ella no tome la posibilidad de tener una.-él sólo asintió golpeando la tierra con sus botas, aplastando las plantas de su alrededor, como si fuera un niño regañado.-Hagamos un trato, un trato de hombres, tú te dedicas a apoyar a Miho en todo y yo me callaré para siempre todo esto.

-Trato hecho.-dijo estirando su mano y yo no dudé en estrecharla.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt