Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

jueves, 19 de agosto de 2010

Dark City- Capítulo 18- Camino vital XVI


Si bien, sé que muchas mujeres son admirables porque cubren ese hueco con fuerza y amor. Jun no tendría una madre, si bien sí dos padres; aunque Phoenix era demasiado dulce y tal vez por ello Jun seguía insistiendo que era su madre. Ese día intenté explicarle que no era su madre, sino que tenía dos padres, pero me di por perdido.

Sabía que tenía que hablar con Jun de forma calmada y sobretodo intentando ser comprensivo cuando tuviera edad de razonar. Aunque me había dado por perdido, más bien una causa perdida, supuse que cuando creciera las preguntas irían viniendo y yo tendría que estar preparado para esa importante conversación. Interiormente rezaba que se quedara como un bebé, que no creciera en absoluto, y que fuera eternamente un niño inocente sin saber el alcance y la importancia de cada paso sobre el mundo. Pero todos los niños crecen y el tiempo pasaba rápido.

Aún me es increíble como pasa el tiempo, sobretodo aquel año ya que el otoño vino como si nada. Podía apreciarse bochorno, pero inconfundiblemente el frío comenzaba a rondar las noches y las hojas caían lentamente de los árboles del jardín. Un nuevo curso escolar comenzaba, un ciclo en la economía y también la puesta en marcha definitiva del grupo.

Las semanas se hicieron intensas, sobretodo porque las noticias en lo referente a Kamijo aumentaban y eran tan negativas, por no decir destructivas y alarmantes. No podía concentrarme del todo al escuchar como muchos caían sobre él como si fueran hienas o buitres. Kamijo era algo más que carroña barata, si bien no era mi guerra y sabía que él sabría salir más que airoso de aquel lío.

Afortunadamente como bien dijo él todo se solucionó y se demostró que el secuestro no fue tal, sino más bien un modo de ayudarla para capturar a una importante sección de la mafia de los Países del Este que estaban operando en nuestra ciudad, los cuales colaboraban con secciones de la mafia rusa.

Paulo Wilde, el gran alcalde, estaba cosechando éxitos en política. Había conseguido una subvención para actos culturales en la ciudad, aquello atraería visitantes y un aumento en el empleo. Además incentivó a todas las empresas de la ciudad con una ayuda extra en diciembre si conseguían reciclar a sus trabajadores dándoles cursillos para mejorar sus capacidad laboral, también aportaría un incentivo más para las empresas con mayor desarrollo ecológico y para las que aumentaran su plantilla. Algunas de esas ideas eran mías, otras vinieron a él por arte de magia. Se centraba en su trabajo, en sus novelas, y en la vida en la ciudad para olvidar a la mujer que amaba.

El hombre que fui hace unos años podría estar orgulloso de él en el ámbito profesional, pero yo no. Yo me sentía profundamente preocupado porque todos esos éxitos no valían nada para él, sólo los usaba de escudo para tapar una herida que seguiría sangrando hasta regresar a su lado. Temía que se marchara antes del cargo, que nombrara sucesor y se quedara en Francia aferrado a un sueño imposible.

Phoenix estaba demasiado ajetreado su programa estaba siendo un éxito, y eso me angustiaba. Siempre pensé que podía emborracharse con el éxito y dejar de ser él. Si bien, no ocurría y me iba haciendo a la idea que todo iría sobre ruedas.

El trabajo del grupo salió a la venta casi al mismo tiempo que el del grupo de mi enemigo. En realidad nos comportábamos como adolescentes en medio de un patio sin vigilancia de profesores, dos gallitos intentando picotearse uno al otro. Tenía talento, pero no iba a decirlo jamás y siempre lo negaría, lo mismo sucedía con él. Parecía que habíamos nacido para odiarnos. Él por motivos que debían ser sólo su ego y yo porque había arruinado algo que llevaba esperando meses, además que dañó a Megumi e hizo daño a mi familia.

La primera semana de ventas fue caótica, por minutos estábamos arriba suya aplastándolos y en nada estaban ellos arriba. No sólo habíamos cosechado éxito en el país y en Japón, sino también en toda Europa y parte de la zona norte de América. Todos estaban felices por el éxito, pero yo quería desplazarlo por completo. Quería, sí, pero era imposible.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt