Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 20 de noviembre de 2010

Dark City - Novela - Capitulo 19 - Lluvias de otoño y nieves de invierno (IX)



“La noticia de la cual se lleva hablando más de un año, la posible vuelta escénica del dueño del teatro Darkness... Kamijo... es un hecho. El proyecto quedó paralizado, ha renovado el elenco de músicos a los que va a dirigir para comenzar su andanza. Por ahora, tan sólo sabemos que el próximo veintiséis de octubre tendrá a lugar en su teatro una masiva audición. Buscan un bajo, alguien que quede acorde estéticamente y musicalmente para su grupo. Por ahora, les dejamos con su última actuación. Discúlpenos por la calidad del video, ya que fue grabado hace prácticamente una década y ha estado olvidado en una de las emisoras más importantes de Japón.”

El resto del programa pasó rápido, o quizás fue mi percepción debido a la noticia que acaban de darme. Quedé meditabundo, Kamijo no me había dicho nada y pensé que quizás era sólo un rumor. Cuando hablaron nuevamente con nosotros realizaron preguntas sobre ello.

-Se nos olvidó preguntarle, ya que es buen amigo de Kamijo, qué piensa de su nuevo proyecto profesional tras años en el dique seco.-comentó la chica tomándome del brazo, enganchándome a ella para mirarme fijamente a los ojos esperando una respuesta.

Yo sólo sonreí y medité mi respuesta lo mejor que pude.

-Si él estuvo en el dique seco no fue por perdida de su talento, tal vez fue por la muerte de su esposa, ahora se encuentra en una etapa dulce tras ser padre y desea dar lo mejor.-aquello pareció gustar al público y a la presentadora.

-Bien, vayamos entonces a los resultados.-respondió con una sonrisa triunfante señalando la pantalla de plasma.

Al parecer habíamos empatado. Fue un resultado reñido, por momentos habíamos ganado nosotros, por momentos ellos, y finalmente la gráfica llegaba al mismo punto. Nos miramos fijamente a los ojos, Imai no daba crédito y parecía no estar satisfecho al igual que yo. Aquello no había servido para nada.

-Parece que se produjo un empate.-comentó el presentador con una enorme sonrisa.

-Sí, eso parece.-dije con seriedad, como si estuviera en un funeral.

Pasado ese trago se nos hizo entrega de un obsequio del programa, a todos los componentes de ambos grupos, se trataba de una pequeña cesta de sales relajantes y unos peluches para los que teníamos hijos. Era un obsequio de los fans que estaban tras las cámaras y de los presentadores.

Al llegar a casa Phoenix estaba tan ensimismado en su mundo que no grabó el programa, estaba con aquel amigo suyo repasando los datos de su share. Ni siquiera notó que llegué a no ser por Jun que comenzó a llamarlo a gritos.

-Hola cariño.-dijo tomándolo en brazos y pasando olímpicamente de mí.

-¿A mí no me saludas?-pregunté confuso.

-Estoy molesto contigo por haberte comportado como un niño, ya pasado el trance del programa puedo decírtelo. Si no lo dije antes Atsu es porque no quería hacerte sentir mal, pero ya que has visto que fue una estupidez que no ha valido para nada... me desahogo.-acarició los cabellos del pequeño y sonrió.-Además odio a esa golfa. Por lo tanto olvídate que tenga grabado el programa y todo lo demás que se haya dicho de ti en televisión.

No me agradó que dijera todo aquello. Yo lo apoyaba en todo lo que hiciera, aunque quitara tiempo de nuestra relación. Él me quería sólo a su lado, me absorbía por completo, pero luego podía estar horas hablando con esos imbéciles como si nada. Me había conocido como un personaje polémico y mediático, no podía cambiar mi forma de ser en ese sentido. Él quería que lo apoyara, que lo observara como a un Dios triunfante, y hacer lo que él decía. Al regresar a los medios poco a poco se estaba convirtiendo en una Clarissa, su nuevo estatus y su poder lo estaban envenenando. Aquello fue la punta del iceberg.

Si bien, en la noche se pegó a mí mordisqueando mi cuello y pidiendo atenciones. Había percibido mi malestar por sus palabras y deseaba arreglarlo. Yo no era tan débil a sus caprichos, simplemente me dejé hacer pero no lo toqué.

-¿Qué ocurre?-comentó tomándome del rostro echando hacia atrás mis cabellos.-Atsushi.

-Sucede que nada de lo que hago está bien, pero todo lo que tú haces es genial. Sucede que no debiste ponerme en ridículo ante tu amiguito. Y que para mí esa actuación era importante, no por la presentadora y no por Imai ya. Era una actuación en una televisión de la ciudad, quería saber cómo me veía ante los que una vez fueron mi electorado. Simplemente era una cadena de cosas que tú has resumido a que soy un viejo inmaduro.-lo tomé de los hombros y lo aparté de mí.-Estás cambiando.

Días después de aquello quedé con Kamijo, quería hablar con él de varios asuntos y él quería hablar conmigo. Su clan se estaba derrumbando por culpa de las bajas pasiones, estaban mezclándose con otros clanes rivales y todo a causa de un extraño sentimiento de Romeo y Julieta. Él no estaba bien con Jasmine, yo no estaba bien con Phoenix.

-Antes odiaba al bebé, no paraba de reprocharme todo, ahora sólo es él y no existo yo. No sé cuando fue la última vez que nos besamos en los labios y nos miramos a los ojos, ya no sé que está pensando y qué siente. Es como si fuera un extraño, únicamente es el pequeño. No digo que esté mal, me siento feliz por ello, pero necesito regresar a ese amor cálido que antes me regalaba.-susurró antes de suspirar bajo recargado en su buró buscando unos cigarrillos.-Ahora no está en casa, se marchó con el niño al pediatra.

-Phoenix está insoportable, desde que su programa es número uno en la parrilla televisiva todo lo que yo hago es estúpido.-respondí.

-Fue algo estúpido aparecer en ese programa, demasiado estúpido. Tu ego no podía dejar de desear ser el centro de atención, pero te diré que el suyo estaba igual de inflado. Tal vez los datos hayan hecho que se os baje y podáis recapacitar que así no váis a ninguna parte.-comentó llevándose un cigarrillo a los labios.-Pero con respecto a lo otro, a Phoenix, no sé que decirte. Lamento mucho que tu relación se vaya por el desagüe.

-Tal vez siempre fue así, pero su trabajo no le dejaba sentirse tan triunfante y ahora que lo ha logrado quiere restregárselo a todo el mundo, incluyéndome a mí.-murmuré observando como echaba con elegancia el humo entre sus labios formando figuras en forma de aro.

-Yo estoy perdiendo la paciencia, además estoy demasiado estresado para tonterías.

-Consíguete una niñera, dile que ambos necesitáis tiempo para ustedes dos y para vuestros trabajos.-me miró fijamente clavando esas enormes orbes azules en los míos y sonrió.-¿Qué?

-Una chica que cuide a mi hijo no estaría mal, tendría una libertad mayor para venir a ensayar a la hora que quisiera y podría incluso mudarme de piso a una casa mayor. Quiero una casa victoriana que estoy reformando, en un principio era para venderla después pero creo que me quedaré con ella. El mercado inmobiliario no está del todo bien y creo que sería un hermoso autoregalo. Si viviera allí tendríamos una habitación especial para ella, podría ayudarnos.

-¿Por qué no me dijiste que ibas a volver a los escenarios?-interrogué.

-Ah, porque es un proyecto pequeño. Tan sólo quiero dar pequeños conciertos en el teatro, no deseo ni pretendo hacer largas giras sino hacer disfrutar a un pequeño público.-comentó con una sonrisa en sus labios.-Siempre soñé con volver, pero no tenía ánimos.

-No pude guardar el video que emitieron en el programa, Phoenix odiaba a la presentadora y no quiso tener mi actuación.

-¿Qué harás tú para solucionarlo?-preguntó.

-Hundirlo sería lo adecuado, hundir su programa, pero aunque tengo contactos para ello no deseo hacerlo.-dije echando hacia atrás mis cabellos, tenía el flequillo prácticamente tapando mis ojos.

La conversación pasó a ser más íntima, todo por culpa de una botella de vino bastante cara y deliciosa. Hablábamos y hablábamos calmados, como si el tiempo no tuviera precio o valor simbólico. Queríamos dejar atrás lo que sentíamos y adentrarnos en el mundo del alcohol por unas horas. Reíamos a carcajadas recordando momentos del pasado, contándonos nuestras fechorías de niños y terminamos sentados en un rincón de su apartamento recitando poesía barata.

La poesía barata es aquella que se compone y recita únicamente para la conquista. Sé que hay poemas románticos, pero algunos de estos sólo se buscaba para los favores de la dama y nada más. Pocos poetas hablan de amor sintiéndolo de verdad, se puede notar en sus versos. Pues esos versos los cantábamos prácticamente antes de soltar una risotada.

-¿Te imaginas que estás tan necesitado de afecto que terminas enamorándote de la niñera?-dije aquello como si nada echándome a reír con mi cabeza acomodada en su hombro.

-Me puedo imaginar mejor.-dijo trabándose su lengua.-Que tú intentaras conquistarla. Pero supongo que la mujer que venga será entrada en años, en carnes y con una horripilante verruga.

-¿Por qué dices eso?-pregunté tomándolo del rostro estriando sus mejillas.-¿Eh?

-Porque así era la que teníamos en casa.-nos miramos a los ojos y empezamos a reírnos a carcajadas.

Al regresar a casa él no estaba, tampoco el pequeño y hermano parecía desaparecido por completo. Yo me tumbé en la cama y deseé no despertar en días. Estaba agotado, hasta dentro de unas semanas tendríamos unas pequeñas vacaciones, muy merecidas a mi parecer, aunque no iban a ser como yo deseaba. El concierto del año nuevo, para recaudar fondos, sería lo único que haría en meses antes de meternos en el estudio. La vida que llevaba no era como yo esperaba, aún mi yo adolescente pedía que hiciera algo para solucionarlo.

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt