La canción me recuerda a ti...
el texto es para ti...
y bueno el poco corazón que me queda...
para ti.
Son más de las cinco de la mañana y aquí estoy, sintiéndote. Puedo sentir tu aliento en mi cuello, tus dedos jugando con la fina tela de mi camiseta y mis cabellos negros. Mis ojos rasgados buscan descanso, no quieren ver más fantasmas donde no los hay, para así no ilusionarse con juegos que no deben buscar mis manos. Y sin embargo, busco tu rostro y lo imagino sonriéndome, como una musa volátil que se entretiene torturando a este pobre mortal.
Un nuevo trago para poder hacer pasar la escasa saliva, un trago para brindar por la soledad a la que me anclo y no hacerte mía. Puedo hacerlo, sé que puedo desnudarte y hundirte en mi colchón. Tengo la posibilidad en las palmas de mis manos, pero no quiero. Mi fuerza de voluntad no se doblegará tan rápido. No quiero juegos tentadores, deseo tus labios y que estos sean sinceros. Primero muerto que caer en tu trampa, antes tú caerás en la mía, y por eso prolongamos este juego del ratón y el gato. Ahora te deseo y mañana por mí como si me arrojas en la indiferencia, así como haces tú.
Me excita pensar que piensas en mí, tanto como yo en ti, así como los encuentros furtivos ocultos del sol de media tarde... amándonos en tu cama, revolcándonos en tu colchón, y rogando el sol pase para abandonarnos uno al otro y hacer como si no hubiera pasado nada. Pero sucede, sucede que llevo tatuada cada caricia y mi cuerpo cede en las noches rememorando lo que la mañana le entregó.
¿Y no nos hacemos daño así? Es mejor no decir te quiero, dejar que los peones mueran y que los reyes sigan viviendo. La ilusión, la satisfacción de no saberte mía y tenerte, es mayor que encadenarte a un amor que tal vez en pocas semanas muere. Así florece mejor la rosa que quiero entregarte mientras sonríes, y te jactas que no me necesitas, aunque tu mirada me ruegue por una caricia.
El whisky sabe diferente esta noche, tal vez porque en los labios tengo el sabor de tu carmín. Mañana quizás vuelva a tener su sabor, o tal vez en esta ocasión tenga aroma a tu perfume. No lo sé, tampoco importa. Que esto dure lo que tenga que durar, no lloraremos si acaba... tal vez brindemos con champaña.
Ahora tú y yo somos libres de desearnos, de hacernos uno, lejos de indeseables malezas que nos aten. Sin embargo... estas noches me siguen encarcelando y matando.
¡Pero da igual!
Mañana te veré y caeremos otra vez.
Mañana te veré y caeremos otra vez.
1 comentario:
Buenas noches. Ante todo me gustaría disculparme por haber malinterpretado el texto anterior. Debería haber supuesto que si no había una introducción en la que explicases que los personajes de los que hablabas eran del fic, pues entonces no lo eran. Simplemente fue que los sentimientos que describías, como el hecho de amar a la otra persona ardientemente, pero al mismo tiempo entregarse a otras, me recordó a lo que siente Lestat en el fic anterior. Fue un error estúpido, so sorry.
En cuanto a lo de los tiempos verbales, creí que no eran frases sueltas, si no que la narración iba toda seguida.
En lo que respecta al texto presente, no sé qué más puedo decir que no te haya dicho ya en comentarios anteriores. Sencillamente adoro la forma en que describes tus sentimientos o los de los personajes de tus relatos.
P.D. En cuanto a lo de pasarte por mi blog, mucha gente entra, por el mero hecho de que yo me paso por los suyos y les comento. Pero no quiero que lo hagan por obligación. No voy a leer su blog con más ahínco sólo porque se hayan pasado por el mío. Lo que quiero decir es que no quiero que te sientas obligado a devolverme las visitas. Si te leo es porque encontré tu blog buscando fanfics de Anne Rice y me encantó la pasión y el esfuerzo que le pones a tus escritos.
Dicho esto, me despido ya. ¡Un saludo! Athenea.
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