Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 19 de septiembre de 2011

Tears for you - Capítulo 4 - Un día cualquiera (Parte IV)



Esta canción tiene un hermoso significado y creo que era idónea para esta ocasión.
Amo la voz de Atsushi Sakurai, es una de esas voces enigmáticas que te atrapan y no te sueltan jamás. Estoy enamorado de él, como artista. Tiene un talento inmenso, así como toda la banda. Son seres dotados de una magia que creí muerta en estos días, que sólo era parte de los viejos 80. Ellos vienen de esa época, pero lejos de lo ocurrido a muchas bandas de su época... siguen fieles a su estilo que es reinventarse constantemente con una hermosa visión, como si fueran sueños o milagros de ángeles poderosos y demonios seducidos por estos.
Les recomiendo la banda una vez más y sobretodo... atentos a la letra.


Recordé gracias a sus palabras un viejo refrán sobre la esperanza y que jamás se perdía. Suspiré pesado intentando encontrar la frase adecuada, pero no encontraba nada. Me quedé mirando la vidriera de aquella habitación. Mis ojos se quedaron fijos en sus colores, en la forma de cada cristal y en la hermosa bailarina de ballet sobre nubes, las cuales parecían de algodón, que formaban como un hermoso puzzle.

-Nunca se pierde la esperanza.-susurré antes de mirarle y sonreír leve.-Espero que así sea.

-No lo esperas, sólo intentas ser amable y yo no te he pedido eso.-respondió confuso, no sabía si molestarse o agradecer que tuviera cierto tacto con él.

-¿Cómo es ella?-pregunté.-No sigo mucho las noticias de la prensa rosa, no me gusta ese tipo de revistas. Sé que suelen salir incluso políticos con sus amantes, aún más artistas de tu nivel y carisma.-dije intentando indagar algún recuerdo feliz, tal vez porque mi mente también quería dejar a un lado las esperanzas y centrarse en recuerdos.

-Fuimos perseguidos en más de una ocasión, pero pude mantenerla oculta de todos. No quería escándalos ni que ella se sintiera asfixiada.-buscaba de nuevo por su chaqueta como hacía días atrás, sacó una foto de ella y me la tendió.

Era una fotografía pequeña, pero el rostro de la mujer que allí aparecía era de porcelana. Sus labios estaban delineados con una sonrisa pretenciosa, tal vez muchos la verían de vulgar deseo de poder frustrado, sus ojos eran dos enormes orbes azules con pobladas y largas pestañas. Los cabellos ondulados, casi de tirabuzón, caían de forma elegante sobre sus hombros, rozando su cuello y sus mejillas con sutileza. Los pómulos estaban algo marcados, su mentón levemente angular y parecía llevar poco maquillaje. La única joya que se veía era un pendiente y el pequeño collar de perlas blancas que adornaban su largo cuello.

-Sin duda es hermosa.-dije a pesar que no era mi tipo, las mujeres que habían frecuentado mi cama eran de belleza más cercana a lo salvaje y natural.

Mis viejas amantes habían sido cultas y refinadas, pero sin olvidar su espíritu de amazona. Los largos y sedosos cabellos negros o rojos me seducían, aún hoy cuando recuerdo las largas cabelleras onduladas o lisas de mis mujeres. Ellas siguen siendo mías porque yo sigo siendo en parte suyo, de sus recuerdos. Sus curvas tentadoras, así como sus miradas de diosas salvajes, me producían confusión y deseo de domarlas con besos ahogados. Sonreí recordando a más de una, pero ninguna rubia y mucho menos con esa sonrisa tan pérfida.

Él se había enamorado de una gorgona con hermosos ojos y piel de apariencia suave. Una loca que cayó en sus locuras. Yo me enamoraba de mujeres con carácter, pero con pura inocencia en sus palabras y poses. Preciosas guerreras buscando la calidez de la paz de una caricia.

-¿Has estado con mujeres?-preguntó sacándome de mis pensamientos y una buena carcajada.

-¿Cuál crees que es mi sexualidad?-dije pestañeando con cierta coquetería.-Adivínala.

-Creo que sólo te gustan los hombres.-eso hizo que riera aún más alto y fuerte.

-¡Por favor! Las mujeres son muy atractivas como para tenerlas sólo de amigas o enemigas. Ellas son el fruto de este mundo, la flor en el estercolero. Hay algunas que jamás debieron existir, pero otras hacen que la existencia en este lugar sea deseable.-su rostro se quedó serio.-He tenido como a unas veinte mujeres en mis brazos, pero ninguna rubia. No suelen atraerme las chicas rubias, a pesar que me encanta ese color en mis cabellos.

-¿Y cómo te atraen?-preguntó con cierta curiosidad.

-Hermosas mujeres de cabello oscuro o pelirrojo, con pasión en su alma pero pura inocencia en el amor. Me gustan que sean como la poesía, libres y atractivas. Sin embargo, adoro que se dejen enamorar con caricias, besos a escondidas y palabra sutiles.-dije apagando la colilla de mi cigarrillo, estaba a punto de apagarse y prácticamente ni había dado más de tres caladas.

-¿Y tú? ¿Las amaste?-fue una excelente pregunta que me dejó pensando.

-Me temo que no, a pesar que intenté amarlas yo había dado mi corazón a otra persona. Primero fue Kamijo, después ha sido Kurou. Quería amar a una mujer, tener hijos y ser un hombre común. Si bien, soy un yakuza con un esposo de casi dos metros y pasivo en la cama.-hizo una leve muestra de asombro.-¿Creías que era pasivo?

-Tu apariencia es delicada.-susurró.-Y yo me llamo escritor, no soy capaz de encontrar la verdad que ocultas.

-Ah, es eso.-canturreé.-No soy fácil de descifrar, soy un ser perverso con un encantador aspecto. Te diré que soy muy parecido a mi hermano, tenemos un lado oculto que no se puede contemplar.

-Todos tenemos cosas ocultas, todos tenemos esos pasadizos hacia realidades que alterarían la apariencia que queremos dar. Sin embargo, eres dulce y no es porque lo pretendas mostrar, sino porque lo eres. Pensé que esa dulzura te haría ser más cohibido en la cama.-sacó otro cigarrillo y yo hice lo mismo.

-Soy rudo y violento, pero no puedo dejar de tener sentimientos agradables hacia la persona que amo o hacia mi familia.

Noté entonces que se giraba el pomo y la puerta cedía. Iba a protestar pidiendo explicaciones por interrumpirnos, pero me quedé callado al ver su impecable figura. Mis ojos se clavaron en los suyos, creo que Wilde también estaba sorprendido como yo de su inesperada visita. Él no sabía que nos habíamos reunido, y por supuesto nada más escuchar la segunda voz me di cuenta que no venía solo.

-¿Qué hacéis aquí?-preguntó imperturbable, como si aquello fuera de lo más normal.

-Queríamos hablar, ya sabes que nos reunimos últimamente, y en casa con Kurou es imposible.-respondí notando la mano del joven tomándolo por la cadera, pegándolo a él.-Veo que no me equivoqué de pensar que esto era tu picadero.

-¡Oh!-soltó en un bufido aunque sus mejillas estaban algo sonrojadas.-Yoshiki, no deberías pensar en mi vida sexual.

-¿Quién es?-escuché al muchacho susurrar con cierta timidez.

-Veo que estás llevando bien la muerte de Rose.-dije cruzando mis piernas mirándole cual demonio soberbio en su trono, si bien era sólo una pose para intimidarlo y ponerlo nervioso cual jovencito regañado.

-No pretendo seguir anclado en el dolor de un amor perdido de forma trágica, los recuerdo no harán que me sienta menos solo en la cama y que el frío de este otoño no cale mis huesos. Los recuerdos se queman y quedan fantasmas de ellos, nada más.-susurró sereno, muy a mi pesar, y con una actitud estoica. Su amante estaba allí, debí pensar que mis juegos no surtirían efecto.

-Ojala yo tuviera tu entereza.-dijo Wilde.-Pero la perdí hace tiempo, creo que tal vez no la vuelva a encontrar y me tenga que resignar a intentar cicatrizar viejas heridas.

-Lamiéndote como un gato herido sobre el tejado, como si sólo vinieras al mundo para eso. Por favor, por favor...-siseé molesto.-Se nota que desconoces el termino de “pasar página” más allá de los libros.

-Como sea.-intervino mi hermano.-¿Vais a estar mucho tiempo aquí?

-No, ya nos marchamos.-me levanté acomodando mi gabán y miré a Wilde.-Ha sido un placer conocer un poco de ti, suerte y nos vemos cuando podamos ambos.-di unos cuantos pasos hasta la puerta, tanto mi hermano como su amante se echaron a un lado.-Suerte para ti también.-susurré antes de plantar un leve beso sobre sus labios.-Demuéstrale quien manda tigretón.-le guiñé y eché a caminar sin esperar reacción de Wilde o de mi hermano, sólo quería salir de allí para poder carcajearme libremente.

1 comentario:

Athenea dijo...

Vaya tela, qué pillada, jajajaja. Así que al final ha resultado que sí se lleva a sus amantes allí. La verdad es que a pesar de que el recuerdo de su esposa siempre estará en su mente y de que no volverá a ser el de antes, tiene derecho a desfogarse, por así decirlo. Buen capi. ¡Un beso!

PD. Gracias por comentarme en los relatos. El de "autodestrucción" se me ocurrió en una aburridísima clase de historia del arte (como la mayoría de los relatos que hay en el blog, porque mi profesor era lo más aburrido que te puedas imaginar, y había que aprovechar la hora), y lo utilice para una redacción de valenciano. Quería hacerlo un poco oscuro y sórdido, y salió eso. En cuanto al de "Vida Vacía", sí que se parece a Nicolas, de hecho, mientras lo escribía me vino su imagen a la mente en un par de ocasiones. Lo escribí unos días después de haber terminado de leer "Hamlet", en una pausa de estudiar Historia de España. No sé por qué, pero cuanto más estresada estoy con los trabajos y exámenes, más inspirada me siento para escribir XDD. En fin, aquí acaba mi "speech". Un beso, y sube pronto la próxima parte :)

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt