Jenova toca el violín, ama el violín por su belleza. Para ella este poema, un poema que podrá acompañar si lo desea con su preciado instrumento.
Caen copos de nieve sobre sus manos de
hielo,
sus mejillas son de rosa y sus labios
de terciopelo.
El violín suena melodioso pero triste,
parece albergar notas de una vida
miserable.
Vestida con harapos al ser una muñeca
rota,
con el pelo sucio y los músculos
entumidos,
se veía una dulce y cálida sonrisa en
su boca
aunque en ella no se encontraba
esperanza.
Caen notas al asfalto cubierto de
nieve,
mientras ella delira por las fiebres.
Situada en la calle hambrienta y mal
vestida
pide a limosnas a transeúntes sin
alma.
La puedes encontrar en tu ciudad, está
allí durmiendo en cualquier portal... Seguro que la has visto pero
jamás te has parado a escucharla. Jamás lo has hecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario