Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 21 de diciembre de 2012

Mira más allá




Darky, Yoko y Jeannette son tres personas muy especiales para mi. Son mis tres locas. Son chicas divertidas que siempre me sacan una sonrisa. Jeannette es la persona que me ha brindado su amistad durante más tiempo, unos escasos meses antes que Andruw. Yoko la conozco desde hace mucho tiempo y Darky desde hace más de un año, casi dos, y para mi ha sido una fortuna conocerlas a las tres.  

Mira más allá.

-¿Estás?

Un susurro cortó el silencio. La voz infantil y risueña cruzó la habitación oscura donde se encontraba su otra mitad.

-Estoy aquí, junto a ti como cada día.

Respondió con una carcajada característica de su espíritu jovial.

-Menos mal, creí que te habías perdido una vez más.

Tomó asiento mientras acomodaba los pliegues de su falda, en la penumbra tan sólo se veía el reflejo de la escena en un pequeño espejo del tocador cercano a la ventana.

-No puedo hacerlo, tú y yo siempre estaremos juntas.

Musitó con un deje comprensivo y dulce.

-Juntas para siempre.

La luz se encendió mostrando una habitación vacía, una muchacha llegaba sacándose los zapatos para acomodar sus pies en unas cómodas zapatillas de andar por casa. Soltó su larga cabellera, la cual peinó suavemente para recogerla mucho mejor. El vestido del uniforme del instituto cayó sobre la silla y la cartera sobre la cama. Corrió entonces hacia su libro favorito y lo llevó a su pecho con una sonrisa. Allí se albergaba la felicidad y la fantasía, dos hermanas que la hacían siempre transportarse a mundos que ella jamás conocería. Ni la enfermedad, ni la soledad, tampoco los malos ratos causados por comentarios extraños borraban su sonrisa, porque en esa habitación tenía un libro que la hacía olvidarse de todo viajando a mundos diversos, mundos que nadie nada más que ella podía narrar como si hubiese estado en ellos.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt