Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 19 de enero de 2013

Cambio de cuerpo



Florbe91 se ha convertido en una de mis artistas favoritas. Ésta imagen tiene algo que ver con el texto, pero no del todo. Simplemente me agradó... 

Cambio de cuerpo.



No recuerdo bien qué demonios pasó, tampoco sé si fue cosa del demonio que rondaba nuestras vidas desde hacía años. Tan sólo sé que la noche llegó y la se de sangre desgarraba mi garganta. Sentía como la llamada de la noche parecía más intensa y desproporcionada. La seda de mi cama me regalaba caricias sutiles mientras mi pecho oscilaba como si estuviese en plena pesadilla. Mis ojos se fijaron en el dosel de la cama, el cual caía lánguidamente sin atadura alguna. Podía sentir como la madrugada había llegado con pesada calma y me llamaba.

No estaba solo en aquel enorme lecho de sábanas revueltas, aroma a sexo y sangre. Louis estaba conmigo y por supuesto Mojo. Se encontraba tumbado a los pies de la cama con una mirada curiosa mientras olfateaba todo. Louis aún no se había movido ni un ápice mientras yo me estiraba.

-Bonsoir Mojo – mi voz sonaba distinta, sonaba como la aterciopelada de Louis. Mi voz era más poderosa y varonil, perfecta sin duda para mi época de estrella del rock, si bien la suya era perfecta para recitar y rogar-. Louis – llegué a decir alzando la voz mientras iba girándome hacia él completamente sorprendido y aturdido.

En ese momento vi una mata de cabello rubio, igual que el oro más puro, revuelto contra la almohada. La piel de mi acompañante era más tostada que la mía y mis manos eran pura nieve. Cuando se giró debido a mis palabras pude ver bien su rostro. ¡Ese rostro era el mío! ¡Era mi rostro!

Debo admitir que aunque me fascinó comprobar que era extremadamente hermoso, con unos rasgos perfectos y envidiable por cualquier mortal e inmortal, sentí pánico. Un enorme pánico me hizo temblar mientras notaba un nudo en mi garganta. No podía estar pasando otra vez, no podía estar ocurriendo.

Las orbes violetas se abrieron sorprendidas por la visión de mi persona y un enorme grito surgió de mi garganta. Es decir, él gritó y me miró con el rostro congestionado por la confusión. Empezó a manotear y a empujarme de la cama, al mismo tiempo que mi cuerpo caía de esta.

-¿Por qué tienes mi cuerpo?-preguntó alzando su voz, que en realidad es mi voz-. ¡Lestat! ¡Lestat! ¡Hay un individuo aquí! ¡Cielos! ¡Oh! ¡Cielos! ¡Lestat!

-¡Ya cállate Louis!-grité frustrado comprobando que nadie extraño a mí ocupaba mi cuerpo-. Soy yo.

A pesar que era mi cuerpo él inclinó la cabeza cual perro bien amaestrado, frunció las cejas y apretó sus labios. Intentaba comprender el mensaje pero estaba tan alterado y confuso que tan sólo se escuchaba a sí mismo.

-No sé que ha ocurrido y te aseguro que no es culpa mía – expresé con vehemencia pues era la verdad.

Mojo se recostó en mis piernas tocando mis muslos con sus patas y hocico. Él quería consolarme a su modo, un modo muy noble pero inútil sin duda. Me llevé las manos a la cabeza tirándome del pelo mientras veía a Louis llorar desesperadamente. Había que pensar una solución y él lloraba.

-Deja de llorar, has salido ganando- dije.

Él movía la cabeza de un lado a otro mientras yo simplemente salía de la cama. Me incorporé buscando un espejo de cuerpo entero que poseíamos. Era sin duda una belleza aquel espejo. Tenía un marco de madera tallado con cientos de flores silvestres y poseía un tono caoba oscuro casi negro. Mis pies se movían por el suelo de madera mientras me adaptaba a una figura más bajita y con cierta sed que aún me martilleaba.

Pronto vi mi reflejo ante mí. Sus ojos verdes esmeralda ahora eran míos, sus hombros algo más estrechos que los míos y su vientre plano con aquel ombligo pequeño. Moví los dedos de mis pies mirándolos una y otra vez, para luego alzar el rostro y fijarme nuevamente en mis rasgos. Aquellos labios carnosos no eran los míos y tampoco su nariz.

Por extraño que parezca me excité y no dudé en empezar a dejar caricias sobre mi sexo. Había olvidado lo extraño que podía ser, el miedo que podía tener, porque ahí estaba Louis desnudo al cual podía hacerle todo lo que quisiese y más.

-¡Deja de tocarte!-espetó levantándose para venir hasta donde estaba.

Sentí sus manos sobre mis hombros mientras yo jadeba, mis piernas temblaban y mi cabeza se echaba hacia atrás. Louis era tan sensible como pensaba y eso era delicioso.

-No puedo ni quiero – fue mi veloz respuesta mientras notaba como él me miraba asombrado con mis ojos violetas clavados en mi figura.

En un instante desperté aturdido en medio de la noche. Él dormía a mi lado en su cuerpo y yo tenía el mío. Mojo estaba en los pies junto a Byron, el cachorro que había conseguido para Louis. Todo había sido un sueño, o quizás una pesadilla, pero lo único que sabía a ciencia cierta que si eso hubiese sido así yo me habría comportado de ese modo. ¡Y quién no! Cualquiera lo hubiese hecho.  

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt