Afrodita en dulce el templo del pecado,
seductora Medusa que me convirtió en
piedra
y me resucitó de entre los poetas
para rendir a sus labios tributo.
Tú, ángel de melodioso caminar...
serpiente del paraíso que trepa hasta
mi cuello
y que provoca que caiga en el lecho
llorando tu cruel y dolorosa ausencia.
Siento vacíos mis brazos en mis sueños
y busco besar tus labios con la ternura
de un niño,
la picaresca de un demonio y la
seducción de vampiro.
Yo seré siempre el hombre que te
venera.
Seducido, hundido, amado y odiado...
máscara de sueños convertida en
realidad.
Mi ninfa hecha carne, mi gran
hechicera...
Rowan Mayfair, parte de mi corazón es
tuyo.
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