Paraíso de dondiegos y jazmín,
aguas turbulentas y casas coloniales.
Vida, muerte y encantamiento.
Estás en New Orleans, cuna del
misterio.
En el pantano están los recuerdos,
la sangre del vampiro riega tus
plantaciones
y en la maravillosa First Street
te toparás con ojos embrujados de una
Mayfair.
Allá, en un lugar entre lo santo y lo
prohibido,
yace un muchacho delgado de ojos
soñadores.
Tiene el cielo en su mirada y la noche
en sus venas.
En el Santuario te hallarás a Tarquin.
¿Oyes ese lamento? ¿Esa caja musical?
Se ha accionado la bailarina una vez
más,
allí en una casa reconstruida y
hechizada.
Claudia vestida de amarillo baila con
la amargura.
En algún rincón del barrio Francés
hay un joven de cabellos dorados,
dicen que sus ojos son gemas
y responde al nombre de Lestat.
No muy lejos, en alguna capilla,
Louis reza una oración fría.
Su sonrisa compungida es una careta,
tras su esmeraldas hay maldad.
Fantasmas y demonios bailan un vals,
están jugando con tu imaginación
y en algún lugar del camino te
asaltarán.
Recuerda “vigilamos y siempre estamos
aquí”
Paraíso de dondiegos y jazmín,
lugares de ensueño y recuerdos...
Allá donde las tumbas sin nombre
tú el Jardín Salvaje hallarás.
No hay comentarios:
Publicar un comentario