Deliciosa es la sensación de tenerte.
Buscar y conseguirte, encontrarte entre mis sábanas, y abrazarte.
Increíble es besar tus labios mientras duermes, acariciar tus
cabellos y saber que no me miras.
No sabes cuanto te amo, pues lo hago a
espaldas tuyas y del mundo. Nadie te aconsejará jamás que te quedes
a mi lado, porque yo siempre seré ese que daña la poca autoestima
que posees. Y sin embargo, me despierto antes de la noche, acaricio
tus mejillas húmedas por el llanto, y susurro a tus oídos cuanto te
amo. Aunque sean mil peleas, mil comentarios hirientes, la única
verdad es la que yo tengo entre mis manos.
Amarte es una bendición y haberte
encontrado fue gracias al propio destino. Tuve suerte y por ello
quiero exprimirla en cada segundo.
A veces, me pregunto ¿por qué lo hago
a sus espaldas? Y luego recuerdo que si lo hiciera pensarías que tan
sólo oculto algo. Por ello, a escondidas y sin luz en pleno día,
beso tu nuca y rodeo tu cuerpo rezando porque la próxima pelea no
sea la definitiva.
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