Cientos creen que mi amor está vendido y que soy cruel sin importarme tus lágrimas. Pero la melodía de tu
amargura provoca que mi corazón se desquebraje. Eres uno de los motivos por los cuales mis recuerdos son dulces y no amargos como la hiel. Sé que puedo confiar en ti, como no puedo confiar en mí. Yo te amo, pero a mi
manera y como siempre lo he hecho. Sé que no es lo que siempre has esperado, y hasta soñado, sin
embargo sabes amarme sin importarte nada.
Mis años de locura no han
acabado, sigo siendo el mismo intrépido que ha buscado la libertad
allá donde vaya pisando fuerte las baldosas del camino. No me ha importado jamás caer, porque
sé que tú estás cerca para curar mis heridas. Eres la ilusión de
una noche de verano que convertí en terno. Dulce como el vino era tu
sangre y como cerezas los labios que una vez besé. Lo siento, pero
yo soy así y mi corazón te pertenece a pesar que mi alma ascienda
por los cielos y se ria del pecado a la cara.
Abrázame ésta noche fría. Necesito
que me rodees con firmeza y que olvides cuanto daño te he podido
causar. Quiero que me tomes del rostro y sonrías con ese toque de
locura que anida en ti, y de igual modo en mí, hasta arrastrarme al
lecho donde nos fundamos en un caluroso abrazo.
Sabes bien que tienes que compartirme
en corazón con una mujer, pero mis palabras son sinceras cuando te
digo “te amo”.
Je t'aime mon ange.
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