Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 4 de octubre de 2013

Fantasma de cuerdas

El hollín miserable de las chimeneas
es el gris de éste anochecer tormentoso
tan polvoriento, frío y doloroso.
En las partituras que queman está mi alma...
esa que aún late en medio de la nada.

Recuerdo las llamas lacerar mi cuerpo con sus intensas lamidas. Igual que recuerdo mis gritos alzándose hacia el cielo igual que mis brazos de manos cercenadas. El violín fue uno de los testigos. El dolor se hizo presente pero la absolución de mi alma, como el alma de las brujas que aún quemaban por capricho la turba, existió realmente. Me fui a otro mundo lleno de oscuridad y miseria. Aparecí frente a la más negra nada donde el sonido de mi violín retumbaba, como si fuera un viejo canto.


Y las astillas de mi instrumento, las partituras que no se quemaron, las viejas obras que yo compuse, y un mechón de mi cabello oscuro hicieron que volviera. Como si se tratara de un ritual vudú donde todo vale, inclusive la sangre que manchaba mi vieja camisa blanca. Volví para ti, para volver a verte y sentir que la mentira seguía taladrando tu alma. Eras tan mentiroso y a la vez tan hermoso, como hoy lo sigues siendo pero ahora hablas verdades a cual más grotescas y miserables para aquellos que ven más encantadoras las mentiras. La luz ¿quién quiere tu luz? Aprendí a vivir en la oscuridad nuevamente y de ella me alimento.  


Nicolas de Lenfent
El Jardín Salvaje

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt