Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 16 de noviembre de 2013

Los ojos del asesino

Bonsoir mes amis

Os dejo un texto de Armand y su instinto.

Lestat de Lioncourt


Los ojos del asesino

Tras una sonrisa pueden ocurrir millones de circunstancias. La sonrisa de un ángel, la cual parece bondadosa y sincera, es capaz de ocultar un ser con intenciones asesinas. Mis ojos guardan el secreto de cientos de años malgastados buscando una verdad que nunca me fue del todo revelada. El mundo a mi alrededor podría decirse que cambia en un pequeño proceso autodestrucivo. El tiempo pasa y yo quedo relegado a ser la hermosa estatua que todos desean.

Mis mayores deseos actualmente es observar el asesinato que está ocurriendo a pocos metros del callejón donde me encuentro. El cabello sucio y oscuro del borracho ya se pegó a su rostro ensangrentado, el aroma de la muerte ronda su cuerpo y sus dedos temblorosos intentan alzarse para detener el puño que le golpeará de nuevo. Aquellos hombres una vez fueron amigos, pero el destino deparó que el odio germinara en sus corazones.


No hay mayor placer para un asesino que observar a otro cometer el mayor de los pecados, el matar algo que una vez amó y que dejó a un lado en el momento en el cual decidió destruirlo. Nosotros los vampiros somos los más semejantes a Dios y sus ángeles porque decidimos cuando debe morir un hombre, creamos a compañeros a nuestra imagen y semejanza con nuestro poder y vivimos eternamente como un misterio que jamás se logra desentrañar. Y ese asesino, el joven que está a punto de matar a quien consideró su hermano como un vulgar Cain, comprenderá éste hecho en cuanto Abel caiga sin vida al suelo.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt