Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 17 de noviembre de 2013

Memnoch

En ocasiones los recuerdos pueden formar parte de miedos que nos paralizan, atropellan las ideas y las fulminan convirtiéndolas en un amasijo imposible de descifrar. Esos recuerdos que queremos suprimir no suelen ser los más hermosos, sino los horribles y despiadados. Sin embargo, es mucho más fácil olvidar cientos instantes de felicidad que uno de dolor, tristeza y soledad.

Lo recuerdo perfectamente. El brillo de su mirada clavada en la mía. Aquellos labios que se movían con una sonrisa burlona dándole un aire desenfadado. Su cabello ondulado caía por su rostro dándole aspecto de ángel benevolente, sin embargo esas patas que tenía y sus alas lo decían todo. Aunque él me mostró la forma que una vez tuvo, haciéndome apreciar su verdadera belleza y tentándome con todas sus fuerzas. Estuve a punto de caer y decir que sí, sin embargo mi sensatez y miedo lograron que huyera.

En ocasiones lo recuerdo y puedo sentirlo cerca. El susurro cálido de su aliento en mi nuca, sus manos estrechando mis hombros y esa mirada cargada de inquietante inteligencia parecen perseguirme. Ya no es desagradable, pero desearía que no ocurriera con frecuencia. Hay momentos en los cuales siento un terror terrible y en otras la desesperación por comprender que desea de mí me ahoga. Sé que quiere algo más de todo lo que ha confesado, lo sé.


Memnoch sigue jugando a las cartas aunque ya no sé si soy su única apuesta.  

Lestat de Lioncourt

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Lestat de Lioncourt