Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 15 de febrero de 2014

El ángel del piano

Bonsoir mes amis

Armand ha decidido escribir sobre Sybelle. Ella desea hundirse en las teclas de su piano y él posee un rico debate sobre si ella es un ángel realmente.


Lestat de Lioncourt


El ángel del piano


La música inundaba la sala, la cual estaba bañada tan sólo por el suave hilo de luz que penetraba de los altos ventanales. Las cortinas de seda color borgoña estaban echadas a un lado, atadas con aquellas cuerdas de hilo dorado, dándole un toque de color y elegancia a la sala más sencilla, aunque hermosa, de toda la mansión. Había varios candelabros de pie en las esquinas, pero no estaban encendidos, al igual que no iluminaba la enorme lámpara que colgaba del techo con absoluta magnificencia.

Las losas del suelo parecían un espejo de lo pulidas que estaban. El piano se hallaba a un lado, cerca de uno de los enormes ventanales. La suave luz nocturna que se introducía por el cristal caía mágicamente sobre la partitura, el piano y la pianista. Ella se hallaba absorta y muda con una expresión de felicidad. Podía decirse que Sybelle sentía las mariposas en el estómago como las enamoradas, un ligero cosquilleo que iba desde su vientre hasta sus pechos y se excitaba mágicamente con cada movimiento de sus manos sobre las teclas.

Él la miraba en poderoso silencio. Sus labios se contraían con una sonrisa mientras su rostro era el de un ángel que admiraba la más bella creación. Eso era ella para él. Una hermosa y divina creación. Tal vez ella era el ángel y él sólo un demonio que la acosaba ofreciéndole sus más tiernos y sinceros besos. Sí, tenía que ser así sin duda. La frente despejada de Sybelle, sus hombros desnudos y sus pies descalzos eran sin duda los de un ángel. Aquella cintura marcada de caderas algo estrechas, con piernas largas de atractivos muslos, era provocadora. Cualquier hombre en su sano juicio desearía poseer aquel encantador ser entre sus brazos, quitar su ligero vestido y besar sus pezones rosados.

La piel lechosa de Sybelle parecía seda, como su camisón, y la suya era como la de mármol duro. Miró sus manos unos instantes con esas uñas puntiagudas, dedos algo largos y mano un tanto pequeña. Él tenía la apariencia de un niño y la belleza de una jovencita. Confundía a todos con la inocencia que podía llegar a esbozar, siempre fingida claro, y a la vez la brutalidad de sus actos provocaba que su nombre fuese un rezo de pánico para quien se topaba con él. Ella era el único motivo por el cual se sentía cercano a Dios.


El amor puro, y casi cristalino, que ella le ofrecía sin reparos era para él la prueba inequívoca que incluso el Señor ama a sus demonios. No sólo por ser hijos suyos sino porque son parte de él. Siente que es una lucha que continua entre el odio, el amor y el cansancio. Ellos sin embargo no luchan porque sólo desean sentirse, contemplarse y seguir el mismo sendero que puede llevarlos a la destrucción.  

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt