Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 15 de marzo de 2014

Te vi y te convertiste

Bonjour! Bonjour!

Bonjour mes amis. Estamos de nuevo una vez más con ustedes. ¿Saben quién empieza? ¡Manfred! Ha hecho un esfuerzo tremendo por poder escribir estas líneas ¡con sus lágrimas!

Lestat de Lioncourt


El mundo deslumbraba oscuridad,
pero tú apareciste con tu blanco marfil
y tus labios de fresa del mes de abril.
Parecías sin duda una perfecta divinidad.

Te vi cruzar prados completamente descalza
y en el cuello una cadena de rayos de luna,
el cual llevabas contigo desde la cuna,
con un colgante que te daba esperanza.

Eras flor de primavera en el desierto,
allá olvidada por todos y de cualquier dolor
mientras tus sueños tomaban al fin color
cuando se derramaba en tu almohada de lo incierto.

Pero tú eras extremadamente hermosa y me llamabas
parecías sirena en mitad de la tempestad
y yo el loco farero que le juraba lealtad
mientras mi corazón con tu canto encadenabas.

Te convertiste en mi tesoro y siempre lo serás.
Fuiste la vida misma derramándose poco a poco
allá donde sólo los hombres más locos

consiguen encontrar la ansiada felicidad.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt