Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 14 de marzo de 2014

¿Recuerdas aquel tiempo?

Puedo recordar el murmullo de tus palabras y el tu aspecto señorial en el trono. Aquellos labios de mármol que cobraron vida fueron tan crueles y amargos. No podía sospechar que tu interior fuera tan tenebroso y que tu pasado fuera digno de una opera de terror, crueldad y lujo. Mis manos palparon tus cabellos de seda, tu cuello de elegante cisne del Nilo y recordé que la fascinación existe. Despertaste en mí un deseo incomprensible y después, siglos más tarde, un miedo atroz.

¿Recuerdas como me llamabas? Sí, era tu Príncipe de los Cielos. Mis ojos azules tenían tatuados tu elegancia y feminidad. Tus pechos cubiertos por joyas de oro y piedras preciosas, tu silueta envuelta en telas de seda de pulcra seda y tus brazos abiertos como si fuera una amorosa madre. Me había convertido en una fabulosa estrella de rock y tú en la inspiración de cientos de canciones. Pero no comprendo aún porque me odiaste tanto.

Si regresaras seguiría amándote. No pude matarte con mis manos y me convertí en un cobarde lleno de amor. ¿Cómo destruir algo que has amado durante tanto tiempo? Eras una mujer tan poderosa y caíste de tu pedestal. Tus hermosos labios quedaron abiertos en el suelo y tu cuerpo se convirtió en una figurita de porcelana. Tal vez no me creas, pues no sé si alguna vez me creíste, pero te sigo amando a mi modo.

Conservo tu sonrisa en mi corazón y también la furia de tu mirada. Jamás podré dar un paso sin saber que cada uno que doy es distinto desde que te conocí. Nunca te olvidaré. ¿Y tu alma me habrá olvidado?

¡Dios salve a la reina!
Madre, hija de la oscuridad...
¡Qué la sangre bañe tu reino!
Juro que se derramó la verdad.

¡Dios salve al Cielos de los Cielos!
Príncipe de los vasallo de los Condenados
¡Qué la sangre bañe la noche!
Regresa al tiempo en el que éramos amados.


Recuerda... Recuerda... Recuerda...


Lestat de Lioncourt  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt