Nuevas memorias de Louis y David. Espero que les guste lo que leen. Es posible que más tarde tengan otras.
Lestat de Lioncourt
La tensión que ambos mantenían se
había disipado noches atrás. Los actos violentos de su viejo amigo
habían terminado en una jauría de besos, abrazos y gemidos que
desconcertaría a cualquiera. Las verdes esmeraldas, las cuales
brillaban sin pasión alguna, ahora eran amenazadoras y terribles al
estar llenas de una energía que rezumaba vida. Realmente había
cambiado. La ira se había transformado en libido y éste en amor
desenfrenado. Sus corazones pertenecían el uno al otro.
El despacho del viejo director de la
Talamasca, una organización jerarquizada y meticulosa, tenía un
aire británico, recto y extremadamente pulcro. La ventana se
encontraba abierta y el aroma del jazmín penetraba en la habitación,
envolviendo cualquier rincón con el perfume de la primavera,
mientras la agradable brisa le recordaba que no se hallaba en Londres
sino en New Orleans. La fiera que había logrado domesticar, como si
fuera nuevamente aquel cazador de aspecto decidido y aventurero, le
observaba en silencio con un libro entre sus manos.
—¿Tienes mucho trabajo
todavía?—preguntó con el tomo entre sus manos, como si fuera una
reliquia, mientras su ceño se fruncía suavemente y sus labios se
torcían en un mohín suave—. Llevas casi una semana con las
narices ahí metidas.
—Precisaré de algunas más—explicó
amontonando otra carmeta tras introducir en el ordenador los últimos
datos—. Son casos que aún no he logrado solucionar.
—David... tienes toda la
eternidad—replicó tras un suspiro mientras movía suavemente su
cabeza.
Aquellos encantadores cabellos negros,
ondulados y largos, caían sobre sus hombros hasta la cruz de su
espalda. Su camisa blanca contrastaba con su chaqueta marrón y sus
jeans desgastados. Tenía el look de un joven bohemio trasnochador
que pasaba las noches en cafés, clubs nocturnos y en los boulevard
abarrotados de música, ruido y conversaciones banales. David, sin
embargo, tenía un aspecto pulcro, con el cabello bien peinado y un
traje que podría llevar cualquier burócrata con buen gusto.
Sin medir las consecuencias Louis le
arrojó el libro a la cabeza, se aproximó a él con paso decidido e
hizo que su silla se girara colocándose sobre sus piernas. Comenzó
a besarlo de forma fiera, hiriendo sus labios y provocando que la
sangre de David le ayudara aún más a impulsarse en esa necesidad
natural y básica.
Sus manos desabrochaban sus botones con
cierta ansiedad. Algunos, debido al nerviosismo y deseo, terminaron
desprendiéndose y cayendo al suelo tintineando mientras rodaban.
Louis parecía completamente decidido a provocar el lado apasionado
de David. El despacho comenzó a estar terriblemente revuelto,
algunos archivos terminaron en el suelo mezclándose con otros, las
viejas fotografías se desprendieron de los documentos y el ordenador
estuvo a punto de estrellarse a pocos centímetros de ellos.
—David, hazlo ya—dijo subiéndose
en la mesa mientras tiraba de la corbata mal puesta de su amante—.
David—mordió su mentón y buscó el cuello de su camisa para
hundir su nariz allí, oliendo su colonia al fin mientras se
excitaba, dejando que él le desnudara con rapidez—. Hazme tuyo.
La espalda de Louis cayó en la mesa y
las manos rápidas de David hicieron que el pantalón se deslizaba
por sus piernas. El sonido de la correa sonaba, así como los botones
metálicos del pantalón, mientras caían en un rincón de la
habitación junto a sus zapatos. Ambos se miraron hundiéndose uno en
el otro mientras el calor aumentaba en el interior de ambos.
—Apaga mi fuego—murmuró
abrazándolo mientras se escuchaba la cremallera del pantalón de
David, ya que aún estaba prácticamente vestido.
Cuando logró entrar en aquel interior
estrecho, rugoso y cálido un gemido ahogado, como si fuera un
rugido, rasguñó su garganta y provocó que Louis gritara colocando
sus manos sobre su pelo. Las embestidas no estaban medidas, pero eran
rítmicas. En cuestión de segundos ambos gemían, se susurraban
palabras sucias y buscaban sus labios como si fueran a calmar esa
sofocante sed que les quebraba de pies a cabeza.
—Louis...
—Así, gime mi nombre mon
cour—susurró entre jadeos entrecortados.
Los ojos de Louis brillaban en la suave
penumbra, la lámpara que iluminaba los documentos había caído y
sólo quedaba la luz que penetraba por la ventana. David tenía una
mirada intensa como el café, muy oscura y caliente, que le encendía
como si fuera una antorcha. Sus manos acariciaban el torso de David
intentando colarse entre los botones de su camisa.
—Dime que me amas... dímelo... —dijo
Louis temblando prácticamente al borde del orgasmo.
—Te amo—respondió sincero
hundiéndose por completo en su interior para derramarse.
Louis quedó sin aliento ni posibilidad
alguna de gritar en ese momento, pues su mente se desconectó,
mientras eyaculaba del mismo modo que su amante. Se habían
compenetrado y llegado prácticamente al mismo tiempo; usualmente
algo así no se daba en una relación y menos en algo tan espontáneo.
Las mejillas de Louis estaban encendidas y le daba un toque celestial
ese pequeño rubor. David se apartó deshaciéndose la corbata para
luego rehacer el nudo.
—No seas estúpido... no voy a estar
satisfecho sólo con un encuentro en ésta noche.
David se echó a reír al escuchar a su
amante, pero unos pasos precipitados provocaron que ambos giraran su
rostro hacia la puerta. Allí asomó la rubia cabellera de Lestat,
sus ojos rodaron por la figura de ambos y sus labios quedaron
abiertos por el asombro. Sin embargo no dijo nada en contra, ni los
maldijo y tampoco se sintió a un lado, desterrado de un momento que
solía ser suyo, pues él ya no amaba a Louis aunque sí tenía
sentimientos encontrados hacia él.
—Te robo a tu amante—comentó
entrando en la habitación para tirar de David, el cual intentaba
cubrirse ante la mirada de su viejo amigo—. Te lo devolveré en
unas horas.
Salieron de allí, aunque Louis no se
sintió feliz con la idea. Los libros comenzaron a volar, e incluso
el ordenador personal, mientras gritaba maldiciendo a Lestat, sus
estúpidas ocurrencias y le deseaba prácticamente la muerte.
1 comentario:
Corto, fue demasiado corto Dx!
Y se estaba poniendo bueno xD
Ay lestat!, solo espero que Louis no te quiera prender de nuevo por esto ;m;(?
Gracias por la lectura.
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