Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 9 de noviembre de 2014

Iré contigo

Daniel ha decidido escribir algo para todos. También es un pequeño homenaje a su actual compañero, Marius. 

Lestat de Lioncourt


He vivido muchas veces al margen de la ley. Caminando de ciudad en ciudad con un cigarrillo prendido en mis labios, las manos metidas en mi chaqueta de cuero y las gafas rotas debido a una pelea de bar. Pensaba que jamás conseguiría hacer algo bueno con mi vida, pues no llegaba la oportunidad. El periódico estaba a punto de echarme. La vida era dura en las calles y yo, un hombre soltero sin mucha familia, se veía en ellas durmiendo entre cartones. No quería empeñar lo poco que tenía, ni herir mi orgullo suplicando por unos dólares. Pero él apareció. Fue como una llamada de atención de Dios en mi camino. Sí, como un milagro.

Entrevisté a un vampiro. Siempre había hablado con tipos raros, pero él era el colmo. Al principio no creí, luego dudé incluso de mí mismo. Me convertí en un ferviente creyente del misterio de los ataúdes, la sangre y la inmortalidad. Entonces, en ese momento, me obsesioné. Rogué que fuera él quien me convirtiese, después pensé que mejor sería que fuese su creador. Sí, ese creador oscuro y salvaje que hablaba de fuerza y escasa bondad. Si bien, no fue él. Fue otro quien me dio la oportunidad.

El antagonista de la historia de “Entrevista con el vampiro” no me dio su poder, tampoco cobijo, pero sí uno de sus mayores enemigos. El desdichado muchacho de cabellos de fuego y ojos miel. Tan dulce en apariencia y tan cruel tras el envoltorio de niño del coro. Parecía un ángel caído del cielo, con sus mejillas sonrosadas y su sonrisa encantadora. Podía ver la maldad surgiendo de él con poderosos tentáculos, pero a la vez observaba un deseo insaciable de ser amado. Reconozco que quedé cautivado por su belleza, su oscura y retorcida alma, y esos labios carnosos tan sutiles cuando yo lo deseaba.

Pero tiempo después, cuando la sangre me hizo cambiar, terminé odiándolo. Odié todo de él. Odiaba incluso los pequeños poderes que había ido acumulando gracias a las pequeñas dosis de su sangre. Tenía sueños terribles, llamados por muchos «Sueños de Sangre», y visiones que me hacían sentirme febril, cansado y despojado de mi escasa humanidad. Dejé que la sangre me corroyera como si fuera ácido y bebí del manantial antes de la noche del concierto. Aquel milagroso concierto donde la verdad se reveló aún más terrible. Sobreviví a pesar de ser joven. Ella no me quería muerto.

Cuando la voz inició su andanza por la mente de los más antiguos, convirtiéndose en un eco terrible, estaba con Marius. Marius es el creador de varios vampiros formidables, uno de ellos es mi propio padre inmortal. Tan fuertes como torturados por los siglos que conservan, salvo los dos más jóvenes, Sybelle y Benji, que aún tienen sueños y metas humanas. Él se convirtió para mí en un refugio, pero no iba a permitir que éste me enterrase sin poder ver lo que ocurría. Allí donde él fuera yo iría, pasase lo que pasase. Si había sobrevivido una vez lo haría de nuevo.

He besado sus labios en muchas ocasiones, hundido mis largos dedos en su cabello y dejado que su cuerpo aplaste el mío. Lo he hecho por amor. Por amor a su compañía. Él me comprende y él no me ata. Ambos unidos hemos recorrido el mundo en busca de la fuente de tan terribles palabras. La voz no nos dividió, nos hizo juntar nuestras fuerzas y convertirnos en leyendas aún más imperecederas.

En estos momentos siento sus manos apoyadas en mis hombros, apretándolos con firmeza y cariño, mientras susurra viejos versos que el mundo ya ha olvidado. Poemas de autores que el tiempo eliminó y que es posible que ya no sean siquiera huesos. Nosotros no seremos olvidados. Sé que no lo seremos. Muchos hablarán de la voz y del dolor que causó en todo el mundo, así como de aquellos que decidieron liberarse de ella y emitir comunicados para salvar a viejos compañeros, enemigos y extraños con un futuro tan oscuro como el nuestro.


Alguien podría tachar esto de amor, pero es algo más. Además de amor es supervivencia.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt