Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 16 de diciembre de 2014

Eso que soy

Pandora hacía mucho que no se comunicaba, pero aquí está de nuevo. Siempre es un placer saber de ella. 

Lestat de Lioncourt 


Volver a escribir. Un nuevo reto. Hacía algún tiempo que no escribía mis pensamientos. Recuerdo cuando él se presentó ante mí, arriesgándose a quedar alarmado por mis bárbaros actos con mis víctimas, para que narrara mi historia. No me impuso norma alguna. Tan sólo me pidió que dejase plasmado cada uno de mis sentimientos. Narré todo lo que pude, sin embargo ¿dejé mi alma en cada frase? Es posible que ocultara parte de lo que soy. Todos nos reservamos un trozo de nuestro corazón, uno que no puedan destruir con vanas esperanzas y motivos equivocados. David me dio una oportunidad y no la desaproveché. Sin embargo, ¿qué estoy haciendo ahora? ¿Por qué?

He vuelto a encontrarme con mis errores. He mirado nuevamente los oscuros y soñadores ojos de Arjun. Él siempre me provocó un miedo terrible. Jamás me hizo daño, pero su forma de ser me aterra. Nunca se interesaron en escucharme, más allá del amor paternal, y él lo hace. No deja de ser un iluso, al igual que Flavius, pero de una forma más romántica y casi enfermiza. Puedo ver su pasión, aunque no la comprenda del todo.

Si he regresado a estar a su lado era porque pensé que era el momento del reencuentro. Lo hallé recostado bajo una de sus propiedades. Hacía siglos que se hallaba allí aguardando el regreso de su diosa, su compañera y amiga. Tiempo atrás quise dar con él, pero fue imposible. Temí que Akasha lo hubiese destruido, como destruyó a gran parte de nosotros, si bien él estaba allí esperando despertar.

En estos momentos he visto un agradable atardecer. El cielo parecía arder. La noche es agradable, muy fresca pero no demasiado fría, y puedo oler la fragancia de lirios que recién se plantaron en el jardín próximo a la vivienda. He meditado volver a Londres, París o cualquier otra parte del mundo. Sin embargo, en estos momentos sólo deseo ver el papel cubierto de numerosas frases que compongan mi alma.

¿Y Marius? No sé dónde puede estar él. Tampoco comprendo el motivo por el cual pregunto por dónde se encuentra. Lo hago constantemente. Quizás porque hay algo en mí que me invita a creer que las lágrimas, el dolor, la frustración e ira se han disipado y sólo queda la templanza suficiente para afrontar el futuro con valentía. Un ser como él sabe reponerse a los horrores de la noche. Sin embargo, lo desconocido le ha sobrevenido y ha comprendido quizás que somos frágiles. La eternidad no es tan duradera y puede acabar siendo una débil cáscara.

De momento quiero viajar en mis pensamientos sin detenerme. Necesito olvidar por un instante el lugar remoto donde me encuentro. No quiero aspirar los aromas agradables de las flores, ni sentir cercano el calor frío que emana el cuerpo de Arjun. Sólo quiero meditar hasta que mi mente quede como un folio virgen, sin mácula, mientras la música de la vida, tan extraña en ocasiones, acompaña a mis latidos.


Sé que pronto echaré a caminar, viajaré y arrastraré conmigo poco equipaje. Soy una mujer de mundo y poseo la necesidad de volverlo a recorrer. Tal vez... mañana... Hoy deseo disfrutar del sonido de la pluma deslizándose por el papel, mis pensamientos discurriendo y el silencio de una noche más. 

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt