Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 3 de diciembre de 2014

Libre

Ha seguido mis pasos atentamente, en silencio, buscando el momento idóneo para aparecer frente a mí como un fantasma en mitad de la niebla. Sé que ella ha soportado el dolor que sólo sabe saborear una madre. Sus manos podrían haber quedado ajadas y consumidas por el tiempo, pero fueron lo suficientemente firmes para aferrarse a la esperanza del bordado de mi chaqueta. Recuerdo el momento en el cual la hice mía, de forma tan íntima y brutal, envolviéndola con mis brazos como el bondadoso ángel que podía aparentar ser. Un ser burlesco con la muerte, tan vinculado a ella, le dio la vida que ella deseaba. Me convertí en un pequeño milagro y ella se transformó en el Pedro de mi iglesia.

La nieve no pudo cubrir el sendero ni marchitar las rosas. Los lirios de su alma florecieron como si fuese primavera. Sus labios se llenaron, sus pechos volvieron a tener forma, su cintura se ensalzó con la ropa masculina que tanto le apetecía y las medias envolvieron sus fuertes, y atractivas, piernas. Se convirtió en una amazona a servicio de sus instintos. Su alma se liberó. Caminó sola, pero siempre con sus ojos clavados en mí. Me convertí en su única pertenencia y yo sabía que jamás dejaría de estar vinculado a ella. Era una cadena de doble sentido que tiraba de ambos por lejos que estuviéramos.

Sus carnosos labios recitan aún salmos perdidos en mi alma, los cuales únicamente son legibles ante sus ojos grises. Somos como viejas almas gemelas que se funden y danzan, conquistándose en cada sueño, para luego huir precipitadamente. Mi madre es parte de las viejas heridas que cargo, pues ha hilvanado cada hilo que se usó para cerrarlas. Sus largos dedos, finos y suaves, se movían como los de una araña. Ella tejía sus palabras, como una red, esperando cazar mi dolor e impulsarme, como si fuese Ícaro, hacia una felicidad que no me quemara.

La conozco. Ha tenido miles de nombres, es temida, y jamás falla en el momento de la caza. Todo aquel que la ha visto ha sido para morir en sus manos o ser sacrificados con una mirada helada. Sólo yo he podido soportar su franqueza, su pasión y también he podido saborear la compasión de cada una de sus lágrimas. Mi madre, mi amiga y mi compañera. Hija de mi sangre, como hijo soy de su vientre.


Teman a Gabrielle, pero queden fascinados por su presencia. Ella es peligrosa, ¿pero qué madre no lo es cuando está en juego la felicidad de su retoño y la libertad de su alma?


Lestat de Lioncourt   

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Lestat de Lioncourt