Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 13 de diciembre de 2014

Sinceridad

Estimado Armand

Debería escribirte más seguido, pero estoy seguro que ni siquiera te interesa leer mis estúpidos pensamientos. No, no tengo intención de hacerte llegar otra de mis terribles fantasías. Sólo deseo comunicarme contigo. Sé que la vida no ha sido fácil para ninguno de los dos. En estos tiempos tan difíciles, en los cuales hemos tenido que aceptar que nuestro mundo volvía a ser un campo de minas, nos hemos unido deseando aprender unos de otros. Yo aprendí hace tiempo de ti varias importantes lecciones. Hoy quiero aceptar mi error frente a ti. Necesito decírtelo antes que puedas leerlo en mis nuevas memorias.

No empezamos correctamente. Tú me odiabas y admirabas a la vez. Sé distinguir la admiración y el odio, también el deseo intenso de ser comprendido. Querías serlo, pero yo decidí apartarme de ti. Ninguno en ese momento tenía razón. Quizás nunca hemos tenido la razón. El mundo es muy complicado, mon ami. Tan complicado que aún no sé realmente como funciona, ¿tú sí? Creo que nos llevará toda nuestra eternidad comprender parte de él. Si bien, debí escucharte con mayor empatía.

Ahora no sirve, ¿cierto? Pedir disculpas, digo. Ya no sirve.

Tal vez debí quedarme. Si lo hubiese hecho, ¿estaría vivo Nicolas? ¿El Teatro hubiese tenido sentido? ¿Habría encontrado a Marius? Quizás nada de lo ocurrido habría sucedido. Es posible que aún estuviésemos en París derrochando imaginación mientras perdemos el tiempo discutiendo. No sabemos vivir sin discutir, acéptalo. Cher, estamos condenados.

Debería darte las gracias por cuidar de Louis. Fue terrible para él comprender que Claudia también lo odiaba. Sé que ha pasado por momentos muy duros y que ya no es el mismo. También sé que tú amas tanto como yo. Pero tu amor es distinto. Tu amor no tiene la pasión que yo le ofrezco, pues tu cariño está enfocado hacia otros términos. Desconozco si Marius se ha puesto en contacto contigo en los últimos días. Me pregunto si Antoine sigue en vuestra compañía, pero no es lo que me preocupa. Me preocupas tú. He escuchado a Benji miles de veces por la radio y siempre me he acordado de ti. ¿Recuerdas tus viejas grabaciones? No sé como he dado con una de ellas. Hoy la he estado viendo y en tus ojos he descubierto algo que antes no había visto. He llegado a ver tu dolor reflejado con tanta viveza que he acabado llorando.

¿Sigue existiendo ese chico de Kiev en ti? Creo que sí. Creo que seguimos siendo los mismos que cuando nos convirtieron. Yo sigo siendo igual de imprudente, soñador y desesperado por conseguir respuestas. Tú sigues siendo un niño perdido que desea un abrazo.

Me gustaría quedar contigo para abrazarte y decirte que lo siento. Sí, lo siento. Sé que ya es tarde y que quizás no te interesa escucharme. Sin embargo, me gustaría decirte cuánto lo siento. Después de todo lo que hemos vivido, sufrido, soñado y necesitado ¿por qué no esos cinco segundos breves? Eso me lo he preguntado esta noche antes de sentarme frente al ordenador, abrir mi correo e introducir tu dirección.

La nueva tecnología te sigue interesando, ¿verdad? Espero que sí. De no ser así, ¿cómo vas a leer esta carta? No sé donde te encuentras pues he oído diversos rumores, pero sé que allí donde vayas tienes uno de esos aparatos inteligentes. ¡Dios! Parece cosa de brujería, ¿no es cierto? Cuando nosotros éramos mortales ni siquiera sabíamos si una carta llegaría a su destino. Ahora todo es distinto. El correo llega en segundos. Un pestañeo y ahí tienes el e-mail en tu bandeja de entrada.

Tan sólo quería saber si estás bien y si podemos vernos. Espero que las noches te traten bien y que la suerte esté ahora de tu lado. Salúdame a todos de mi parte.

Lestat, un amigo y un hermano.


No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt