Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 5 de enero de 2015

La vida es eso...

El primer recuerdo que tengo es sobre sus faldas, mientras ella pasaba lentamente las páginas de un libro algo descuidado. La humedad había provocado que se hinchara, las letras parecieran una fila de hormigas mal colocadas y no tenía dibujos que pudiesen interesarme. Sin embargo, ella leía recitando para mí cada frase con cuidado. Me quedé quieto, escuchando aquellos poemas que parecían canciones lanzadas al viento con música propia. Sonreía como haría cualquier niño, pero a la vez tenía ciertas dudas sobre lo que escuchaba. Tenía inquietud por el arte, por las musas, por todo lo que rodeaba a ese momento. Mis hermanos, fuera en la nieve, luchaban por ser más intrépidos o fuertes. Para mí el lugar más agradable eran sus brazos, sobre su faldas, mientras la leña se consumía. Los hombres más intrépidos eran los de los poemas y los más fuertes aquellos que cantaban a historias imposibles.

Sus enormes ojos grises no parecían cansarse nunca, aunque suspiraba. Se sentía agotada. Era joven, hermosa, y a la vez tristemente deteriorada por la miseria que la ataba. Aquel lugar era su cárcel, pero también su abrigo. Un hogar maldito. El mismo hogar que yo he reconstruido por mero orgullo y necesidad. Sin duda alguna el único lugar que puedo llamar casa está aquí, aunque sigo amando mi hermosa y mágica New Orleans.

Sentado en este alfeizar, mirando la nieve cubriendo los campos, puedo recordar sus manos acariciando mi revuelta cabellera de rizos dorados. Veo lo que ella veía, siento el frío penetrando mis huesos y como la chimenea comienza a calentar la estancia. Quiero correr por los caminos, alzarme por las nubes e imaginar que alcanzo cada estrella. Recito para mí aquellos versos como si fueran una oración que la trajera hacia mí. Sé que no se encuentra en este lugar, que lo evita y evitará siempre. Sólo una vez regresó para ver como malgastaba mis ahorros y reconstruía nuestra celda.

No. No quiero vivir en el pasado. El pasado quedó atrás. Todo quedó atrás. Pero sí deseo recordar lo que soy, revivir la más pura emoción que hay en mí, para luego alzarme nuevamente como siempre he hecho. Quiero saborear mis orígenes.


En la biblioteca Louis busca algún libro. Hay miles amontonados y etiquetados, con cuidado y destreza, esperando que los saque de allí. Es su lugar favorito. Sin embargo, el mío es este. Aquí donde aprendí a sonreír. El lugar donde fui feliz por primera vez en los brazos de la mujer que más he amado: mi madre.

Lestat de Lioncourt  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt