Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 29 de marzo de 2015

Pasión eterna

Yo creo en el amor y espero que su amor haya sobrevivido. Deseo creer que están bien, pues me llevé un terrible dolor al saber que muchos vampiros jóvenes, tan jóvenes como ellos, habían perecido. 

Lestat de Lioncourt


El amor a primera vista puede considerarse una inconsciencia. Tal vez sí sea una verdadera locura, pero sin duda fue la mejor que hemos cometido. He entrelazado mi alma con la tuya, dejado que los ríos de tinta naufraguen entre ambos y se conviertan en el lazo perfecto que nos ate. La sangre inmortal camina por cada una de nuestras venas, acaricia nuestros músculos y convierte en estatuas de mármol nuestros cuerpos. Viviremos para siempre. Seremos jóvenes ocultos del sol y de cualquier pesada responsabilidad. La eternidad se postra frente a nosotros y nos guiña con encanto.

He descubierto miles de caminos en tu cintura. Me he perdido en tus ojos y ahogado en tus pechos. El aroma de tu piel es tan delicada como la fragancia de las flores silvestres que coronan, tan sólo ocasionalmente, tu cabello de vivo fuego. Tus mejillas, llenas y perfectas, tienen el color de las manazas y tus pestañas parecen alas de mariposas agitándose sobre una azucena blanca.

La muerte no ha podido con nosotros. No existe el dolor. No hay más allá del valle de lágrimas. La impotencia de ver nuestros ataúdes juntos, marchando hacia el cementerio, jamás ocurrirá. Seremos eternos, como el amor de Romeo y Julieta. Sin embargo, los únicos que murieron, para volver a la vida, fuimos nosotros. Hicimos un juramento y tuvimos al mejor de los monstruos por testigos. Te has convertido en mi virtud y pecado, pero sé que yo sigo siendo el caballero que te ha rescatado de las garras de la muerte.

Desnuda te ves más salvaje, más firme y completa. Puedo ver tu vientre níveo y plano, tus pechos perfectos coronados de unos pezones de pétalos de rosa, piernas fuertes y clavículas marcadas. La muerte te intoxicó, amor mío, y arrancó la juventud de tus carnes. Si bien, la vida eterna obró el milagro y regaló de nuevo a tu figura la belleza de otros tiempos. Te he retenido mil veces entre mis brazos, besado tu boca hasta el cansancio y has permitido que mis manos acariciaran tu espalda lentamente. Mis dedos han creado caminos insólitos y han hecho verdaderos hallazgos.


Siempre cuidaré nuestro pecado...

  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt