Lestat de Lioncourt
En sus
ojos han transcurrido seis vidas,
se
siente gato por la suerte que le acompaña
pero es
tan callejero y huidizo
que uno
teme acercarse por si araña.
Tiene
los brazos delgados y débiles,
el
rostro tan aniñado como los de un chico
pero su
alma es vieja y ha pasado por mucho.
Jamás
podrá jurar que ha sido del todo libre.
No sabe
escribir su nombre y tampoco pronunciarlo.
Es como
un demonio salvaje y sincero,
de esos
que por su inocencia te hace amarlo.
Y sabes
que va a llover cuando ves en sus ojos el aguacero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario