Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 18 de abril de 2015

Lo sabes...

Conozco esa mirada. Sé que te he vuelto a decepcionar. Comprendo que estés ofendido. Sin embargo, aguanto tus reproches silenciosos, el lento caminar de tus pasos por la habitación, tu forma de tocar los libros de la estantería y de girarte sutilmente hacia donde me encuentro. Quieres decirlo. Te mueres de ganas por reprocharme todo lo que he hecho y aquello que ni siquiera comprendo. Deseas hundirme. Necesitas hacerlo. Te sientes con ánimos de manifestar tu dolor, aunque ni siquiera sepa que he hecho.

Intento vivir la eternidad como buenamente sé. Soy uno de esos hombres que se han hecho a sí mismos. Un ser de acción. Desconozco qué es eso de doblegarme. Sin embargo, deseas que te diga todo lo que sé sin esfuerzo. Quieres que me abra a ti, muestre mi corazón y te lo ofrezca. Ni siquiera te percatas que mi alma, inmortal y despiadada, sufre estragos cuando te enfadas. Tuerces tus labios, frunces tu ceño y me miras con desdén. Necesito contarte todo esto en un sutil susurro, pero sé que no serviría de nada. La rabia no la puedes contener y sé que acabarás gritando cosas que ni siquiera sientes.

Decidí amarte sin importarme nada. Tu pasado, miserable y cruel, habían herido tu alma y, como no, provocado pensamientos funestos, casi malditos, frente a la vida. Estabas sin esperanzas. Quise ofrecerte algo a cambio. Pensé que podría amarte, ofrecerte todo lo que soy y convertirte en un hombre dichoso. Era mi intento de hacernos felices, pero he fallado. Siempre fallo. Jamás acierto. Sin embargo, no me rendiré contigo. En algún momento me dirás que me odias, me reiré y te diré que tus palabras son dulces mentiras.


Te conozco mejor que tú mismo. Sé cuál es tu dolor y comprendo tus miserias. Si bien, jamás comprenderé porque siempre me señalas como el artífice de tus heridas. Esas heridas, Louis, ya estaban. Yo he intentado sanarlas. No lo olvides. Por favor, no lo hagas. Mi amor es incomprensible para muchos, surgió en una sola noche, pero es una llama que sigue ardiendo como la furia de tus esmeraldas.

Lestat de Lioncourt  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt