Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 4 de mayo de 2015

Antes de la reunión...

Así que esto hacían esos mientras yo hacía el imbécil en mi castillo. Correcto... 

Lestat de Lioncourt


Tenía los pies sobre la mesa donde se solía situar a diario. Sus brillantes mocasines resplandecían bajo la tenue luz eléctrica de la sala. Su chaqueta color crema realzaba el tono caramelo de su piel y sus ojos negros, tan profundos como la propia noche, mientras que la camiseta negra le daba un toque informal como los pantalones oscuros que cubrían sus menudas piernas. El sombrero le daba mayor porte, como si pudiese ofrecerle un par de centímetros más, con esa ala ancha flexible que oscurecía ligeramente sus rasgos. Tenía puesto los auriculares para escuchar las diversas llamadas que tenía a diario. Cada noche los inmortales de todo el mundo acudían a él, como si fuese el oasis en un desierto de fuego y sangre. Las Quemas se sucedían, pero él no perdía su espíritu combativo. Temía por su seguridad y ese temor provocaba que discutiéramos enardecidos en los escasos momentos en los cuales él se alejaba de la mesa, se aproximaba a mí y me increpase por mi ceño fruncido.

—Benji...—murmuré suspirando.

Él me miró sin pestañear. Llevaba una chaqueta de terciopelo azul francés, unos pantalones de vestir del mismo color , una camisa celeste y un pañuelo de seda color perla. Mis pies estaban descalzos y se confundían con el suelo de mármol. Había quedado bronceado, pero mis pies estaban cubiertos a la hora de exponerme al sol. No estaban tan quemado. Tan sólo un ligero toque sonrosado a mi piel tan blanca, tan marmórea, y tan espectral que siempre he tenido.

—Está ocupado—dijo Louis. Su enigmática figura apareció junto a mí con un traje Dolce y Gabbana en color humo, con una camisa verde con cuello mao y sin corbata, por supuesto.

—A veces siento que ya no me quiere—dije abrazándome a mí mismo.

—Te quiere—susurró.

En ese momento él se levantó, dejó a un lado todo lo que estaba haciendo y se aproximó. Con un gesto muy masculino y directo me tomó de la nuca, me hizo inclinarme ligeramente hacia delante y me besó. De inmediato me ruboricé, casi al mismo tiempo que él se marchaba de nuevo a su trabajo y me miraba desde lejos con una ligera sonrisa.

—Y sabe como callar tus miedos—dijo Louis con una ligera risilla.

—Igual que Lestat contigo—contesté—. ¿Ya sabe que Rose se metió de nuevo en un lío?

—No. Aún no. Pero lo sabrá pronto y nos reuniremos todos....


La música de Sybelle y Antoine sonaba frenéticamente envolviendo el momento. Los ojos azules de Antoine se clavaron en los míos y de inmediato sentí que la habitación giraba entorno a mí. Me sentía en una encrucijada. Estaba en mitad de dos mundos.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt