Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 7 de junio de 2015

La última batalla

Khayman era y será una figura clave en nuestra historia aunque haya desaparecido.

Lestat de Lioncourt

Cuando la venganza se convierte en tu medio de vida acabas perdido, igual que un idiota en el desierto. Jamás busqué venganza. Sólo quería que ella desterrara la idea de destruir a las gemelas. Para mí era importante saber que ellas, las mujeres a las cuales le di la vida eterna, jamás se convirtieran en trofeos de guerra. Sin embargo, el dolor cubrió el mundo entero y ella terminó vistiéndose de luto en su propio funeral.

Siempre mantuve la esperanza. Jamás permití que la ira y el odio me consumieran como una vela encendida. La esperanza habitaba en mi pecho y esperaba que la mujer que una vez me salvó, que quiso rescatar lo poco que quedaba de mí, recordase la escasa bondad que sostuvo una vez. Sin embargo, esa bondad había quedado consumida, alterada, hundida en los recuerdos y convertida en polvo. En ella sólo quedaba ambición y terquedad.

Mi amor por Maharet era tan grande que siempre luche por salvarla, por mantenerla viva lejos de todos los guardianes y guerreros que podía tener la reina malvada, pero finalmente me convertí en un lastre. Yo, el Benjamín del Diablo, era un ser terrible cuando alzaba la espada y gritaba a la guerra... una imagen que pocos conocían y ella había visto en demasiadas ocasiones. Si bien, en los últimos siglos, la paz llegó. Fue un bálsamo agradable que se untó por todo mi cuerpo y me hizo sentirme a salvo.

Pero la tragedia volvió. Regresé al sendero de la sangre, el fuego y la destrucción de las almas. Me alcé como un monstruo y permití que otro se adueñara de mis pensamientos. Lloré su perdón. Supliqué su ayuda. Imploré que me salvara del desastre. Odiaba saber que mis manos tenían sangre inocente. Detesto que otros piensen que jamás me dolió arrasar vidas, pues incluso los villanos y crueles asesinos eran para mí víctimas de mi espada. Nunca me agradó la guerra aunque formé parte de sus filas.


Mi espíritu está en paz. Mi tiempo ha finalizado, pero no ha acabado para nuestros descendientes. La calma se ha derramado sobre las cabezas de los supervivientes y eso, sin duda alguna, me hace sentir feliz.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt