Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 5 de junio de 2015

Skeleton...

Benedict vio un esqueleto quemando todo, con una túnica similar a la de Santino, y al parecer sí era él.

Lestat de Lioncourt


Solía escuchar que el tiempo cura las heridas, las cuales terminamos lamiéndonos cada cicatriz en la oscuridad. No todo va bien. Nunca marchará como deseamos. El mundo no te regalará nada. Nuestro llanto, dolor y amargura puede ser eterna si nuestro camino es retorcido. Lo fácil jamás será gratificante, pues en cada golpe de fusta hay un rayo de esperanza para el descanso de nuestra alma. Nos empeñamos en seguir viejos sueños, aunque ya estén desgastados, porque si nos rendimos perdemos parte de nosotros en el camino. Somos incapaces de renunciar.

Las heridas de mi cuerpo son infinitamente menores a las que siente mi alma. Siempre juzgué a otros creyendo que era lo correcto, mi deber y la misión que me había sido encargada por el mismísimo Dios a través de las fuerzas oscuras que dominan el Infierno. Sin embargo, acabé saboreando el dolor, la penuria, la rabia, la impotencia y la ira. Di con mis huesos a las celdas de la oscuridad. Me sentí condenado. Sólo un ángel y una mujer con aspecto de virgen María, o Santa salida de los frescos de una iglesia, salvaron parte de mis años más terribles. Él hizo que el mundo se quebrara y ella terminó destrozando los escasos muros que se sostenían en pie. El vacío fue terrible y me precipité al abismo, allí donde las almas penan y los sueños parecen convertirse en cenizas.

Busqué mis viejas aspiraciones, la bondad perdida y no hallé nada más que viejos recuerdos. Enterré mis lágrimas junto a viejas reliquias y caminé por la tierra con una vida impía. Me alejé de Dios, el Demonio y cualquier versículo que pudiese recordarme lo estúpido que llegué a ser. Caminé sin rumbo durante mucho tiempo, pero finalmente encontré el hogar en los brazos de la muerte de cada una de mis víctimas.


Era un vampiro antiguo, poderoso y solitario. Muchos no llorarían mi pérdida. En sí, jamás pensé que alguien pudiese sentir lástima por mi destino. Cuando estallé en llamas y fui dado por muerto pensé que jamás debería reaparecer. Me enterré en la tierra fresca y fértil, busqué cuidar mis heridas y aceptar el maleficio de mis viejos actos. Sin embargo, acabé despertando con ideas terribles y destructivas. Hice arder a jóvenes y antiguos. Me convertí en un esqueleto que danzaba cortejado por las llamas del Infierno.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt