Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 6 de junio de 2015

Quiero...

Sybelle es noble, aunque siempre me pareció algo descentrada. Admito que para ser creativo hay que estar algo loco... Nicolas lo estaba.

Lestat de Lioncourt

En los albores de la vida, cuando el ser humano prácticamente no sabía comunicarse, estoy segura que la música era imprescindible. Formaba un vínculo más allá del entendimiento y del idioma. La naturaleza misma posee un ritmo, una cadencia, unas notas, una melodía, una verdad y una canción que puede remover miles de sensaciones y sentimientos que creemos dormidos bajo la fina piel de nuestros sueños. Nos convertimos en esclavos de la música, pero a la vez somos los reyes junto a las aves.

Yo era un ave. Mi canto era mi llanto. La música que ascendía por las paredes pintadas de mi habitación, una hermosa jaula llena de lujos, era terrible aunque perfeccionada con el paso del tiempo y la práctica. Las aves no cantan, pues se lamentan de la libertad que no llega. Por eso, ahora que soy libre, canto para otros que no han podido librarse de las cadenas.

El ser humano ha demostrado que la música es una terapia. Científicos humanos han determinado que un paciente enfermo sana mucho antes con música que sin ella. Desde la radio intento sanar a todos aquellos que me escuchen sin importarme sus orígenes, la verdad que contienen o sus pasos por éste mundo. Deseo ser empática y llegar más allá de la superficie. Quiero introducirme en sus almas, unirme con ellos y sanar cada herida que aún está abierta. Deseo hundirme en sus ojos, contemplar la belleza que poseen pese a la oscuridad que les rodea, y besar sus labios sin siquiera estar a su lado. Quiero ser música para que sus espíritus me respiren hasta alzarse con las fuerzas necesarias.

La vida es música, y yo deseo ser vida. Puede que parezca una locura y un extraño sueño, pero mi único deseo es devolverle al mundo la bondad que otros arrebataron. Deseo llevar conmigo el amor que otros convirtieron en odio y rencor. Quiero ser la semilla que haga germinar mil flores en un jardín desértico. Me convertiré en lluvia y sol, seré el viento meciéndome en las ramas y también los insectos zumbando entre los pétalos más carnosos. Seré la verdad más dulce en un camino amargo. Eso deseo.


Primero toqué para mí, pero luego lo hice para ellos. Benjamín y Armand siguen siendo mi prioridad, mis corazones, aunque sé que el mundo necesita que rompa el silencio del dolor y lo arranque de raíz.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt