Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

viernes, 7 de agosto de 2015

Demonio y violinista

Jamás quise decirte adiós. Nunca deseé despedirme de tu aroma en mi ropa. Me aferré a todos los recuerdos, a cada momento vivido, y dejé que parte de mi alma muriera desesperada por la despedida. Ahogué mis lágrimas en los momentos más intensos de ésta nueva vida, pero jamás desaparecieron. Recuerdo nuestras largas conversaciones, tus ojos oscuros sonriéndome embriagados por la pasión, y esas caricias que siempre sentí puras.

El tiempo no ha borrado todo lo que hemos vivido. Creo que todavía puedo escuchar tu voz y rememorar ocasionalmente el aroma de tu piel. Durante algunos años creí enloquecer. Te imaginaba caminando a mi lado, con las manos en la chaqueta y esas largas zancadas tuyas intentando seguirme. Eras el fantasma que me recordaba permanentemente mi mayor fracaso.

Hoy, tras tantos siglos, he vuelto a París, como hago ocasionalmente, y me he subido a un tejado con un violín entre mis manos. Abajo hay un gran alboroto. He visto algún joven vampiro observándome con curiosidad, preguntándose si yo soy ese legendario inmortal llamado Lestat, pero no he dicho ni hecho nada. Amel ha tarareado aquellas canciones que solías balbucear completamente ciego por el alcohol.

He llorado, Nicolas. He llorado como un niño. He vuelto a llorar como cuando fuimos al lugar de las brujas. Te he imaginado en las empedradas calles correteando con aquel magnífico violín bajo tus brazos, con la camisa abierta y el cabello revuelto. He vuelto a nuestro París. Contemplé el Jardín Salvaje de antaño, pude aspirar el aroma de sus flores y me dejé llevar por los recuerdos. Creo que grité tu nombre, pero fue un arrebato inconsciente.


Desearía que te manifestaras... Si sigues rondando éste mundo... ¡Hazlo! Se el demonio que me persiga en ésta ocasión...

Lestat de Lioncourt   

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt