Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

lunes, 17 de agosto de 2015

No somos santos

Louis, yo también te amo. ¿Acaso no te das cuenta? Si bien me encanta que te hagas el ofendido por cualquier cosa, pues puedo reconquistarte de mil maneras.

Lestat de Lioncourt


Ahogaba mis penas en alcohol, pero éstas flotaban como un madero a contra corriente en mitad del mar. Me sentía hundido en las profundidades de la oscuridad. Era un monstruo soberbio que no había siquiera intentado su atormentado corazón, pero ese tormento llegó a mí con su muerte. Mi hermano yacía a varios metros bajo tierra. Era tan joven, tenía todo a su favor, y yo sólo era un inútil que buscaba la maldición de la muerte en los besos comprados a las prostitutas. Dejaba que la pena me arrastrara, al igual que la necedad y el dolor. Su cadáver me hablaba cuando estaba sereno, el ángel de su tumba me contemplaba con los ojos fríos, como los de cualquier otra escultura similar, y parecían condenarme ambos.

Sin embargo, desde que llegaste tú te convertiste en la cruz de mi vida. Conocerte fue inesperado. Aceptaste mi invitación y me atacaste con una oferta imposible de rechazar. Aquella noche, a la luz de las velas de mi propio funeral, acepté que tú fueras el nombre que quemara mi alma, marcándola con cada uno de nuestros errores. Entre mis sábanas, las de nuestro ataúd, nos envolvimos por el deseo. Siempre has ganado todas las discusiones, aunque yo jamás te lo haya dicho. Deseo tus letales caricias, las cuales dominan mis mentiras y la rabia contenida.

Soy esclavo de mis bajos instintos, que son los mismos que los tuyos. Jamás comprenderé porqué soy un cordero cuando me abrazas con la fuerza de miles de amantes. Atacas mis labios arrancándome cualquier palabra formulada para la guerra, la cual parece que jamás acaba entre los dos. Nunca creí amar tanto a alguien y menos a un idiota que se pavonea jactándose de sus mentiras, verdades y proezas malditas. Arrastras contigo la elegancia y sofisticación del engaño, las pasiones de arrabal y el aroma del amor más seductor. Tienes un aroma propio que me hunde en sueños salvajes y rituales imposibles. Me vuelves loco y me he convertido en esclavo de tus historias más perversas.

Han pasado más de dos siglos y seguimos un ritual que nos ha hecho famosos. Discutimos, pero nos amamos. Nos matamos, pero resucitamos entre caricias indecentes. Me besas, pero me golpeas con tu indiferencia teatral. Me hablas en francés y yo te grito en inglés. Nos miramos sin necesidad de idiomas. Desnudamos nuestras almas sin arrancarnos ni un botón. Bebemos el uno del otro y dejamos que la sangre nos caliente, del mismo modo que nos calientan nuestros cuerpos desnudos fundidos en infinidad de caricias. Poemas de lenguas hostiles, eso somos. Lenguas que no dejan de pronunciar el amor que tenemos seguro en éste mundo. Ven, acaríciame poco a poco, y deja que caiga suavemente a tus pies.


Dejé el dolor para afrontar el pecado original.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt