Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 4 de agosto de 2015

Yo soy el inicio

Magnus tiene razón en varias cosas, aunque no sabía toda esta historia...

Lestat de Lioncourt


La vida puede ser un desafío terrible. Recuerdo cuando era muy joven y sentía la necesidad experimentar todo lo que me rodeaba. Nunca fui agraciado. Jamás tuve la posibilidad de atraer a otros más allá de una amistad. Me convertí en un hombre solitario, aunque mi espíritu no se doblegó. Era feliz comprendiendo el mundo, estudiando todo lo que podía.

Pronto me percaté que era capaz de llegar a ser algo más que un simple mortal. Era lo que muchos conocen como brujos, alquimistas o seres entre la vida y la muerte. Me comunicaba con espíritus, creía en la naturaleza como una aliada y me comportaba como un salvaje cuando lograba entrar en lo profundo de los bosques. Allí, bajo los gigantescos árboles, me comunicaba con la parte más natural y sincera que conozco de mi espíritu.

Aún así, envejecí. Mi apariencia se convirtió en algo aún más desagradable. Si bien, los animales no huían de mí, tampoco lo hacían los entes que siempre me acompañaron. Por fortuna conocí a un ser mucho más fuerte, hermoso y longevo de lo que jamás nadie podría haber conocido. Me convertí en su compañero, en un amigo con el cual conversar cada noche y sentí la inmensa fortuna de su experiencia. Era un vampiro.

Deseé ser inmortal. Quería vivir para siempre. Cualquier mortal tiene miedo a la muerte, aunque más bien a cómo va a morir y las cosas que no logrará hacer. Tuve miedo. Un miedo terrible. Me hundí en un remolino de desesperación y cometí un acto terrible. Mi gran amigo, mi buen amigo inmortal, aquel bebedor de sangre que había conocido los albores de Egipto, Roma y Grecia. Ese ser que vino de un tiempo remoto y decidió permanecer anclado en la tierra, aunque no fue su decisión de entrar en el círculo cerrado de bebedores de vida, de sangre... de almas. Robé el corazón de mi buen amigo. Secuestré a su discípulo predilecto, su Benedict. Aquella bondadosa criatura me sirvió para tener la Sangre que tanto deseaba.


Aquel gesto, tan deshonesto, cambiaría el mundo de los vampiros. Yo soy el padre inmortal del príncipe de todos, de Lestat de Lioncourt, que siempre será para mí “Mata lobos”.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt