Lestat de Lioncourt
Elegante perfume en tu cuello,
seducción intensa de mujer fatal
que enloquece mis sentidos
y me hace viajar entre el bien el mal.
Tú, bruja seductora
de perversas risas encantadoras
me has hechizado con la libertad
esa que junto a tu cuerpo siento en
cada hora.
Mírame, soy esclavo de tus besos
y he conjurado a los espíritus
para que vengan con nosotros a lo
profundo
donde encontraremos el Santuario en la
orilla.
Bésame entre las flores de los
helechos
esos que hablan de amor eterno
y sueños excitantes como prohibidos.
Dame el placer de besarte con amor
verdadero.
Tú y yo, seducidos por el veneno
que es en realidad el antídoto de
todo.
La soledad se ha ido, despejando las
nubes
y ha dejado al descubierto la verdad
que intuyes.
Estamos unidos, más allá de una
maldición.
Somos dos almas que al fin se han
entendido
y han correspondido a los versos del
olvido...
dejando que con amor cicatrice el
dolor.
Tienes nueva vida
y yo he dejado de ser de la tristeza
siervo.
Te amo...
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