Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 3 de noviembre de 2015

Padre de las mentiras

Claudia... ¿por qué tanto odio? ¡Sabías que te amaba!

He aquí una página de su diario.

Lestat de Lioncourt


Estaba allí, sobre alfombra de hermosos estampados de flores de llamativos colores. Parecía un maniquí abandona, casi destruido, con su rostro girado hacia mí y sus cuencas vacías de vida. Allí, tirado como si no valiera nada, yacía el cadáver de quien me dio la vida. Lo observaba con minuciosidad, como si nunca nos hubiéramos topado, e intentaba quedarme con cada rasgo de su rostro y rezaba para mí misma que el sufrimiento hubiese acabado.

Mi corazón palpitaba tan acelerado como cuando al fin podía morder el cuello de mi víctima. Era la emoción más pura que había tenido en años. Hacía décadas que no me sentía tan dichosa. Posiblemente se marchitaron en mí todos los sueños hace mucho, tanto tiempo que ya ni recuerdo. Lo único que me mantenía con vida era el deseo de destruirlo. Era un deseo insaciable y en esos momentos lo había cumplido. Me había liberado y a la vez condenado. El amor cedió ante el odio y el odio hacia la respuesta más fácil que era acabar con él.

Era como una muñeca destruida, una de tantas que yo decapitaba y arrojaba al suelo haciendo estallar su pequeño cuerpo. Allí, aquel Padre de las Mentiras, se había precipitado desangrándose ante la mirada atónita de Louis. Ese pobre idiota de Louis. No podía dejar de llorar ante el caos que se había esparcido, en forma de charco de sangre, sobre aquella encantadora alfombra. Sé que lo amaba y que aún hoy, por mucho que le pese, sigue amándolo y rezando porque siga vivo.

Nos convertimos en dos huérfanos. Él estaba huérfano sin la luz patética y descarada de aquel imbécil, tan simple en sus divertimentos como complejo a la hora de matarlo. Acabé con él como quien acaba con una mosca. Le atraje hacia la luz de un regalo, un acuerdo pequeño e insignificante. Sabía bien que me amaba, casi tanto como se amaba así mismo y su belleza, y eso fue lo que traicionó a su instinto.

Ahora lo recuerdo tomándome entre sus brazos, con la fiebre marchitando mi cuerpo. Los viejos recuerdos salen en éstos momentos, cuando el barco zarpa al fin. Observo el horizonte donde el fuego consume lo que fuimos. Louis sigue llorando porque ésta vez, sin duda alguna, ha sido él quien ha acabado con su vida. Lestat regresó, como si fuese una pesadilla, del pantano donde fue arrojado como si fuese basura. Mi padre era demasiado fuerte, pero ruego que las llamas que fueron precipitadas hacia él, como hacia el neófito que creó esa misma noche, hayan acabado con su historia.


No soy cruel. La crueldad es un punto de vista. Ni siquiera el demonio puede considerarse cruel, pero quizás sí Dios que permitió que nosotros, pequeñas y extrañas abominaciones, caminemos por éste sendero oscuro arrebatándole tiempo a otros. Consumimos tiempo, somos ladrones de tiempo, y ese tiempo ya no sé como malgastarlo. Sólo sé que quiero volver al pasado y morir, pues sólo muerte quizás me liberaría. Sin embargo, necesito experimentar y comprender. Quiero liberarme de otro modo. Desearía mil veces poder ser una mujer y que Louis deje de contemplarme como una muñeca mágica que le sonríe con tristeza.  

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt