Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 20 de diciembre de 2015

Subjetividad

Daniel Molloy nos trae su columna semanal con un aporte sobre la subjetividad de los medios con respecto a las elecciones de diversos países, sobre todo de España. En las últimas horas se están dando incluso prácticas ilegales a la hora de recoger el voto.

Lestat de Lioncourt


El periodismo actualmente está en sus peores momentos. En los grandes mercados siempre hay grandes demandas y cuantiosas ofertas, pero si hablamos de periodismo podemos decir con exactitud que sólo hay dos vertientes: conservadores del sistema capitalista o subversivos. La objetividad brilla por su ausencia en los grandes titulares de los periódicos matutinos y de media tarde. Las revistas se llenan de halagos a los grandes partidos políticos, de ofertas de las grandes empresas que suelen implicarse con las diversas campañas electorales y consumismo camuflado en cualquier frase autocomplaciente. Los informativos ahora no son como antes, no informan sino desinforman. La radio se ha convertido en un medio para nostálgicos, misas de ocho y tertulias sobre música basada en ritmos vacíos e incapaces de consolidarse.

Recuerdo que antes la publicidad partidista no era tan descarada, pero sí directa. Actualmente no puedes dar un paso sin descubrir eslóganes baratos de los diversos candidatos, partidos políticos o empresas “comprometidas” con tu país. Si posees escasos estudios, o simplemente ya estás dentro del rebaño habitual, es imposible contemplar la complicidad.

Las grandes campañas políticas las manejan banqueros, grandes empresas no gubernamentales, vendedores de armas y “desinteresados” mecenas que finalmente terminan pasando por caja. Pocos son los partidos que se niegan a entrar en éste trozo de pastel, los cuales quedan reducidos a humo y polvo. Pero no es de ésto lo que quiero hablar. Yo deseo comunicarme con ustedes sobre otros motivos, otros hechos.

Hace tiempo que me percaté que el ser humano habla de asuntos que desconocen, pero aparentan estar bien informados. Son como perros bien adiestrados. Gente que ni siquiera se lee programas electorales, que sortean sus votos sobre quienes son los mejores vestidos o los que poseen mejores palabras. Si votásemos por quienes más estrechan la mano, besan niños o se hacen fotografías con animales algunos partidos ganarían por amplia mayoría. Pero no es la popularidad lo que debería manejar el voto en las urnas, ¿o sí? Las propuestas deberían llegar a todos los ciudadanos, pero no son siquiera la mitad los que conocen a conciencia qué es lo que desean para ellos y sus ciudades.

Nos hemos convertidos en objetos de deseo, o más bien nuestros votos. Porque con ellos, con los votos depositados con ilusión o esperanzas, terminan movilizando negocios con diversos medios y empresas. ¿Y quienes son esos medios? Los medios de comunicación, por supuesto. Los medios que son parte de grandes empresas, las cuales han apostado por un candidato dependiendo de la ideología que poseen sus panfletos. Ideología que ocasionalmente es muy cercana al libre mercado, la codicia y los intereses de las grandes empresas.

Pocos son aquellos que dan el golpe sobre la mesa, que informan realmente y se arriesgan. Los periodistas jóvenes, esos que acaban de salir de la facultad, desean imponer la verdad y se dejan el alma en pequeños blog, páginas web o redes sociales. Allí, amparados por su conciencia, explican sin tapujos la verdad y la prioridad.

Para muchos ser patriota, o amar a la patria, es colocarse una bandera, saberse el himno y cuadrarse frente al ejército. Para otros ser patriotas es buscar la verdad, aunque sea transgrediendo las leyes, intentando cortar los lazos con las mentiras impuestas en los grandes medios de comunicación. Un periodista debería ser un megáfono donde la verdad suene, sin ruido y con el corazón en la mano. El miedo, la codicia o la necesidad vende almas y quiebra verdades convirtiendo los medios de información en mareas de mentiras donde ahogarse.

Hoy en España muchos votarán engañados, vendidos por los grandes medios, pero se espera que la esperanza y la verdad suene con fuerza. La corrupción y la impunidad debería retirarse de ese país. Vampiros jóvenes asentados en ese país nos informan de un gran revuelo, de una gran necesidad, de un gran grito de guerra y de fraude electoral.


Bienvenida sea la verdad... para que ilumine éste mundo lleno de almas oscuras.   

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt