Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

domingo, 9 de octubre de 2016

Confesiones de un director de la Talamasca

David tuvo que ir a confesarse... uuh...

Lestat de Lioncourt


Después de ver a Lestat, aquella noche, decidí confesar mis pecados a mi viejo amigo y compañero Aaron Lightner. Me dirigí a su despacho, toqué dos veces la puerta con mis nudillos y esperé. Quizá debí ir a su habitación esa misma noche, pero aguardé a la hora del té del día siguiente. Solíamos conversar largas horas con un magnífico y humeante té, aunque a veces era ponche o café, hablando sobre nuestras indagaciones.

Él llevaba décadas tras los Mayfair, una familia de brujos situada en Nueva Orleans, y yo, por el contrario, me dedicaba únicamente a fantasmas y sus manifestaciones más violentas. También había estado ante posesiones y problemas con supuestas entes malignas. Vampiros, no. Para ambos los vampiros, pese a existir, no era nuestro terreno. Conocíamos bien las historias vinculadas con Lestat y toda la camarilla que le adoraba u odiaba, pues era algo sumamente interesante. Si bien, quienes indagaban sobre vampiros solían ser muy jóvenes porque eran ágiles, podían seguirlos por el mundo y enviar correos electrónicos, cartas o hacer llamadas telefónicas sobre lo que habían visto u oído. No obstante Lestat nos evitaba el trabajo duro. Él aparecía constantemente en los medios desde que decidió contraatacar las memorias de Louis de Pointe du Lac.

—Adelante—dijo sentado en su escritorio.

Al entrar lo miré, como quien ve a la mujer que ama o un magnífico tesoro, sintiendo un amor y una fraternidad inmensa hacia él. Iba a contarle algo que nadie sabía. Me iba a confesar como si fuese un chiquillo que había cometido un gran delito.

—¿Qué quieres contarme? Te veo muy nervioso—comentó logrando que me echase a reír.

—Eres extraordinario—dije caminando hasta una de las sillas frente a la mesa donde escribía. Me senté en ella y sonreí maravillado—. He conocido a Lestat en persona.

—¡Qué!—exclamó.

—Oh, sí. Vino a mí. Estaba en mi despacho y...

—¡Qué! ¡Cómo pudo vulnerar nuestras medidas de seguridad!—se echó hacia atrás en la silla y tembló—. David, eres el director de la orden y esto debería preocuparte. ¡Guardamos muchos misterios aquí!—dijo horrorizado.

—Y un vampiro en el sótano—añadí.

—Estás loco, loco de verdad... ¿cómo le has dejado descansar aquí? ¿Sabes todos los misterios y artilugios que tenemos de otros vampiros? Él ahora sabrá que...

—Él ya sabía de nosotros, pero no ha sido hasta ahora que le hemos despertado cierta curiosidad—confesé logrando que se sosegara—. Creo que ha sido sólo una gran idea para molestar a Marius, pero ahora quiere saber. Desea saber de nosotros y tener una relación satisfactoria—comenté con una sonrisa espléndida esperando que él lo viese bien, aunque no tenía porqué verlo bien para que yo prosiguiera con esa amistad.


—Nos va a traer problemas, sobre todo a ti.

No hay comentarios:

Gracias por su lectura

Gracias por su lectura
Lestat de Lioncourt