Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

miércoles, 28 de diciembre de 2016

Have yourself a Merry little Christmas

En la vida ocurren cosas extraordinarias todo el tiempo, pero no alcanzamos a verlas jamás. Nos centramos siempre en los grandes acontecimientos que, en muchas ocasiones, son aburridos o no ocurren como deberían. Las grandes celebraciones acaparan la atención de cualquiera con su opípara comida, su estruendosa música y las luces palpitando. Recuerdo cuando todo era más sencillo, pues la pobreza me rodeaba. No hacía falta poner hermosa mantelería y elegante cubertería. Sólo se precisaba asistencia, un plato, unos cubiertos aunque fuesen de madera y algo de comida. He tomado demasiada sopa con pan imaginando que es carne, muchas judías y tagarninas, también llamado cardo de olla, como si fueran un manjar. No era necesario todo esto.

La sencillez era la presente en estos días, si bien se reunía la familia entorno a la mesa y como siempre se daba gracias por llevarnos algo a la boca. Puede que yo fuera hijo de un marqués, pero no teníamos nada. Mi padre había dilapidado la fortuna mucho antes de perder la visión, las viñas estaban olvidadas y parecía un desierto más que un campo con una tierra rica y fértil, el dinero que entraba se malgastaba y yo tenía que salir a cazar algún conejo, ciervo o jabalí para poder sobrevivir. Mis hermanos no hacían nada, salvo quejarse y empujarse uno al otro. Los quería, pero eran torpes y demasiado fieros.

Ahora me siento frente a todos, en un pequeño rincón de esta ridícula fiesta, y los veo bailar entre algunos mortales que ellos aman por su vínculo con el pasado o presente. También observo a los espíritus. Ellos se hacen pasar por simples humanos. Todos bailan al son de la música de compañeros que fueron apartados de la vida mortal para proteger sus cualidades musicales. Hay muchachos que apenas tienen quince años y que están entonando canciones tan actuales, como también antiguas e incluso algunas que parecían haberse perdido en el tiempo. Observo a su creador, el cual está en mitad de la pista de baile riendo a carcajadas, y me dan ganas de preguntarle cómo es su vida rodeado de tantas criaturas hermosas, inquietas y con esas voces que parecen tritones o sirenas.

Louis ha decidido bailar con Pandora, como en la última fiesta, ella sonríe esperando que Arjun se atreva a entrar en la pista. Flavius ha decidido que Avicus baile con él, sin importar ser dos hombres y tener que hacer de mujer permitiendo, de ese modo, que su amigo y compañero lo guíe. Marius estuvo bailando también, pero ahora sólo observa a Armand. No pierde detalle mi maestro de la sonrisa pletórica que tiene ese diablillo ante la interpretación a piano de “Have yourself a merry little Christmas” de Michael Bublé en una versión más movida, perfecta para bailar.

También está Landen sentado, apoyado en su magnífico bastón con cabeza de cuervo, mirando todo como un niño mira los regalos bajo el árbol. A su lado está Benedict sentado en las piernas de Rhoshmade. David, mi buen amigo David, conversa insistentemente con algunos hombres de Talamasca, invitados únicamente porque tenemos que aunar fuerzas. Jesse Reeves al fin ríe, tras la tragedia que acabó con parte de su familia no lo había hecho. Mi madre está cerca junto a un grupo de mujeres vampiro, todas ellas conversan sobre la decoración y sobre como me queda el smoking. No sé si sentirme halagado o asustado.

El resto simplemente baila dejándose llevar o consume algo de la mesa, ya que no todos somos adoradores de la sangre o espíritus. Hablando de espíritus, el de mi creador ha llegado hace unos minutos y se ha sentado a mi lado mirándome con un amor similar al de un padre. Supongo que nos hemos perdonado y que ahora debemos gozar estos tiempos venideros.

Sin embargo, gran parte de mi atención la tiene la pareja que se mueve como si fueran uno. Ella lo observa con emoción y una sonrisa idílica. Él la toma por el talle como si fuese la flor más delicada y maravillosa, hace que gire sobre si misma y la estrecha con sus fornidos brazos. Nunca he visto una pareja bailar con ese énfasis y amor. Veo profundo respeto. Aunque a veces desvío la mirada hacia Louis que insiste, como no, que baile con él aunque no se atreve a decirlo a viva voz, sólo pequeños gestos. Es increíble cuánto me recuerda Rose en ciertas ocasiones, no siempre por supuesto, a Louis. Ambos se sonrojan del mismo modo cuando miran a los ojos perdiéndose en los nuestros, en los ojos de un Lioncourt.


Lestat de Lioncourt 


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Lestat de Lioncourt