Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

sábado, 24 de diciembre de 2016

Run Rudolph Run

Oberon es demasiado humano y los humanos a veces demasiado monstruosos. 

Lestat de Lioncourt 


Siempre me he fijado, cuidadosamente y sin miedo, que las estampas más navideñas poseen nieve a su alrededor. Las carismáticas bolas de cristal con pequeños monumentos, pueblos en miniatura o diversas figuras se ven envueltas en una ventisca de nieve. Hay incluso pinturas, calendarios o cuentos donde todo está nevado y se celebra con ímpetu estas fiestas. Jamás entenderé al ser humano por sólo amarse en estas fechas, por ser bondadoso sólo una vez al año y demostrar respeto de ese modo.

Son seres abominables la gran parte del año, consumistas e hipócritas, dueños de una fábrica de cinismo ilimitada y de un semillero de odio que parece germinar con fuerza. Hay cientos de guerras de las cuales sus noticieros no hablan, muertes y dolor que no les salpica, porque en ellos hay dictaduras o regímenes que venden su tierra, su oro negro y diamantes, a la grande y patriota nación estadounidense.

Padre nos aisló en esta isla caribeña esperando que estos seres, crueles y déspotas, jamás pisaran las cálidas y doradas arenas que conforman nuestro hogar. Pero igual que si Adán y Eva hubiesen mordido la manzana, del mismo terrible modo, el paraíso se convirtió en infierno. Las balas cruzaron el silencio de la noche y se precipitaron sobre mis hermanos, enterrándose en sus corazones y logrando que sus vidas se truncaran. Algunos eran tan jóvenes que apenas comprendían el fracaso de nuestro pueblo, otros estaban tan corruptos como Silas. Silas, el traidor, quien envenenó a nuestro padre y creyó ser mejor líder. Él, junto a toda su hambrienta y depravada corte, cayó.

Estoy transmitiendo esto desde un ordenador, rodeado del vacío de una sala que antes estaba siempre ajetreada, con una pista navideña reproduciéndose en mis auriculares e intentando que el moño que he hecho, con un viejo trapo azul, evite que mis largos cabellos oculten mis ojos y provoquen que no pueda ver lo que intento narrar.

Este mensaje embotellado jamás lo comprenderá otro más que un hombre de Talamasca. Estas navidades serán otras llenas de recuerdos. ¿Desde cuándo estamos aquí desamparados? Quizá las semanas me parecen meses y los meses años. Soy esclavo y sigo vivo porque soy el último de mi especie, porque si quieren otro ser como yo tienen que recurrir a mí apareando a mis hermanas. ¿Qué será de nosotros? Algún día dejaremos de ser útiles, ¿y luego qué?


Feliz Navidad, destructivos seres, y que os jodan bien.

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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt