Durante largos años he publicado varios trabajos originales, los cuales están bajo Derechos de Autor y diversas licencias en Internet, así que como es normal demandaré a todo aquel que publique algún contenido de mi blog sin mi permiso.
No sólo el contenido de las entradas es propio, sino también los laterales. Son poemas algo antiguos y desgraciadamente he tenido que tomar medidas en más de una ocasión.

Por favor, no hagan que me enfurezca y tenga que perseguirles.

Sobre el restante contenido son meros homenajes con los cuales no gano ni un céntimo. Sin embargo, también pido que no sean tomados de mi blog ya que es mi trabajo (o el de compañeros míos) para un fandom determinado (Crónicas Vampíricas y Brujas Mayfair)

Un saludo, Lestat de Lioncourt

ADVERTENCIA


Este lugar contiene novelas eróticas homosexuales y de terror psicológico, con otras de vampiros algo subidas de tono. Si no te gusta este tipo de literatura, por favor no sigas leyendo.

~La eternidad~ Según Lestat

martes, 31 de enero de 2017

Llámame amigo

¡Por supuesto! Flavius es de esos que son amigos para siempre. ¿Cómo no llamarlo amigo?

Lestat de Lioncourt 


“Deja que la lluvia toque tu cuerpo,
que te abrace de forma invisible.
Deja que la lluvia bese tus labios,
y se una a ti de forma imposible.

Mírame, estoy aquí.
Mírame, deseo vivir.”

Las canciones son para las personas que sienten deseos de bailar incansablemente, moviendo sus pies de un lugar a otro, sin importar si son torpes o no. los poemas son para almas rotas en mil pedazos que remiendan estas con paciencia, esfuerzo y dedicación. Por eso leo poemas. De algún modo tengo mi alma quebrada en miles de pedazos. Igual que un espejo que se quiebra y causa siete años de maldición. Pero estos pedazos son fáciles de unir, pues no han perdido su esencia ni su lugar.

“Del rojo apasionado de una amapola
un dios pintó sus seductores labios.
Y de la fuerza del inquieto mar
la fuerza para estar por siempre sola.”

He disfrutado demasiado tiempo del sufrimiento para construir un enorme muro. Un muro gigantesco que sostenga mis libros en baldas perfectas. Sin embargo, siempre hay una puerta abierta o una ventana por donde entran quienes lo desean. No cierro mi alma a nadie.

“Dulce sensación esa
que hace tu cuerpo
mientras te hago presa
entre mis brazos insensatos.”

Durante muchos años he creído que apartarme del mundo, manteniendo contacto únicamente a los más cercanos o los que quisieran encontrarme, era lo idóneo. Ella me pidió que huyera, me pusiera a buen resguardo y jamás contara a nadie quién era. Hizo aquello temerosa, llorosa y desafiando al monstruo que tenía por amor platónico. Había una ley no escrita, pero bien conocida, que no se podía dar “La Sangre” a tullidos, ancianos o niños. Pandora se arriesgó a realizar tal proeza conmigo, su esclavo favorito y su confesor en los malos momentos, para agradecer mi amistad y bondad. Yo, un hombre al que le faltaba una pierna, tuve la oportunidad de vivir eternamente para recitar poemas y conocer la paz. Aunque en estos últimos años sólo he escuchado y visto horrores, salvo alguna proeza médica de mano de científicos y médicos vampíricos.

“En tus ojos veo el mundo,
los océanos y tu alma.
Veo el dolor que guardas.
¡Qué tus pasos sean mi rumbo,
y qué tus manos sean mi calma!”

Flavius. Me llamo Flavius. Mi nombre surgió de su pluma, de la pluma de mi señora Pandora, en su libro pero no fue hasta hace cuatro años que mi voz, mis sentimientos, y parte de mi historia no fue resuelta. Soy Flavius el esclavo, el amante de la poesía, el contable de la vivienda de aquella mujer agreste, el compañero de las pesadillas y la calma tras el horror. Mi nombre es Flavius, pero tú puedes llamarme amigo.


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Gracias por su lectura

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Lestat de Lioncourt